Tras 17 años de ausencia la pelota de Grandes Ligas dice presente en la Isla para ser testigo de un histórico encuentro

El Sumario – La Habana, Cuba, recibió a los Rays de Tampa Bay que en representación del llamado mejor béisbol del mundo se medirá ante la selección nacional, en medio del  histórico encuentro entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

El Estadio Latinoamericano, dio la bienvenida al esperado encuentro, cerca de las dos de la tarde. El mandatario estadounidense compartió con la multitud e incluso estuvo en el terreno haciendo comentarios del partido.

Ambos países salieron a dejar el alma en el terreno y a demostrar porque para ambos la disciplina implica cultura, pasión y es parte de su patrimonio nacional.

Se trata del primer partido jugado por un equipo de MLB en Cuba desde que los Orioles de Baltimore participaron en un encuentro amistoso con la selección cubana en marzo de 1999.

Y es que el deporte ha sido tan víctima de la enemista ideológica de ambas naciones como lo han sido el comercio, turismo y el desarrollo social.

Más allá del béisbol se ve la unión

El encuentro entre Cuba y los Rays ha sido catalogado como más que una aproximación deportiva, para muchos se trata de encontrar lugares comunes entre ambos países tan distanciados por el hecho de pensar políticamente distinto.

Se abre una puerta para que los cubanos tengan la oportunidad de apostar por MLB sin tener que abandonar por completo su vida en la Isla y ser tomado como desertores. Ambas federaciones confían en que con el deshielo diplomático permita abrir una nueva era deportiva.

El presidente estadounidense Barack Obama y la primera dama estuvieron en primera fila acompañados de su par cubano  en lo que fue un acto más de reconocimiento de que ha llegado el momento de acabar con las tensiones.

Obama señalaba este lunes que el “embargo” debía acabarse y aunque la decisión corresponde al Congreso estaba seguro de que todos estaban conscientes de cuan dañino había sido para el desarrollo social de Cuba. El béisbol y el deporte profesional no habían salido ilesos de ello.

Yelimar Requena

Fotografía REUTERS/Jonathan Ernst.