La colección más completa acerca de la vida y obra de la agrupación venezolana se apoderará de EE.UU. en un anhelo vanguardista

A principios de la década de 1960 surgió en Venezuela una agrupación que por primera vez en Latinoamérica combinó todas las disciplinas artísticas posibles de la creación y renovó los desgastados discursos costumbristas y formalistas imperantes, así como las prácticas plásticas geométrico abstractas distanciadas del contexto nacional, cargado de una fuerte violencia política. El Techo de la Ballena resultó de la coincidencia previa de diferentes intelectuales en la revista Sardio.

Carlos Contramaestre, Juan Calzadilla, Ignacio Oberto, Caupolicán Ovalles, Rodolfo Izaguirre, Carlos González, Edmundo Aray y Adriano González León y al menos otros 60 artistas visuales y escritores  conformaron la agrupación de vanguardia que impregnó de rebeldía el arte. Venezuela fue testigo entonces de las más irreverentes creaciones del siglo XX.

El próximo 28 de febrero el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) revivirá aquella historia en una espectacular muestra, titulada “El Techo de la Ballena y la vanguardia venezolana, 1961-1969”, el legado criollo estará de vuelta con 266 objetos que darán cuenta del proceso creativo más inusual que registró nuestra historia.

Las piezas a exponer fueron agrupadas en principio por los coleccionistas Valentina e Ignacio Oberto, quienes quisieron mantener vivo el espíritu del movimiento y prestaron la muestra a la Galería de Arte Nacional en 2002 para posteriormente, diez años después, donarla en su totalidad al MoMA.

El venezolano Luis Pérez-Oramas, curador de arte latinoamericano en el MoMA, señala que el museo cuenta desde 1929 con «la mayor colección de arte moderno latinoamericano en el mundo», y cataloga la donación como «un gesto de generosidad» de los coleccionistas que persiguieron la proyección internacional de este movimiento.

Una historia que espera volver a casa

Venezuela emprendió en 2015 la digitalización y reedición de algunas de las expresiones literarias del movimiento. El Ministerio de Cultura y sus entes adscritos recibieron la donación de “más de 20 obras originales«, según informó en su momento el exministro Reinaldo Iturriza.

El fotógrafo y ballenero Daniel González considera que sería nutritivo para nuestra cultura que el Estado se esfuerce en «recuperar» el patrimonio de El Techo para devolverlo a casa.

En tanto esto sucede, Félix Suazo cree que el hecho de que el legado de la agrupación criolla se exponga en uno de los principales museos del mundo es «realmente una paradoja, pero es la paradoja de toda vanguardia. La ironía es parte del legado de El Techo«.

YR / HF

Con información de El Universal.