Cuando el cuerpo humano alcanza el clímax en el sexo, libera oxitocina, una hormona encargada de disminuir el dolor. Es por ello que los malestares físicos disminuyen o desaparecen con la intimidad.

Aunque parezca sorprendente, los orgasmos pueden curar molestias porque son capaces de aumentar la irrigación sanguínea y de segregar sustancias y hormonas que favorecen el buen humor y el bienestar general, sirven como analgésicos e incluso estimulan el sueño profundo.

¡No más excusas sobre los dolores de cabeza! El aumento de la circulación sanguínea provoca la disminución de la cefalalgia.

Otro malestar que se puede curar con el sexo es el clásico dolor de vientre presente en el síndrome premenstrual, que desaparece casi como por arte de magia después de llegar al orgasmo. Esto ocurre porque las contracciones que se experimentan aumentan el flujo de sangre en la zona del útero, al mismo tiempo que las sustancias liberadas cumplen un efecto analgésico.

JVC 

Con información de Nosotras