La mayoría de las personas creen que cuanto más viejo sea el vino es mejor y esto no es del todo cierto. A la hora de consumirlos no se debe olvidar que se trata de un producto con tiempo de desarrollo limitado y al llegar la “fecha de caducidad” comenzará a perder sus propiedades.

Los expertos dicen que los vinos “son como los seres vivos”: nacen, se desarrollan, tienen un periodo de apogeo y, finalmente, mueren.

¿Quieres saber cuánto duran? Los vinos jóvenes, que no han tenido crianza, ya sean blancos, tintos, rosados o espumoso, han de consumirse preferiblemente en los siguientes años a su embotellado.

  • Los blancos con crianza pueden consumirse entre los 2 y 7 años, para disfrutarlos en su mejor momento.
  • Los tintos de crianza tienen su momento óptimo de consumo entre 5 y 10 años después de su elaboración.
  • Los tintos de larga guarda, reservas y grandes reservas, tienen una  vida  media de entre 10 y 20 años.

DS

Con información de Informe 21.

Fotografía Gettyimages.