Conoce a Daniel Seoane, Juan Letizia y Freddy Urdaneta, aun sin tocar un balón el aporte de los 3 es fundamental en los éxitos de la selección nacional de baloncesto

El Sumario – En cualquier selección deportiva hay roles que, sin ser los más protagónicos, hacen diferencia en la competición de alto nivel. Escuchar de cámaras hiperbáricas, tratamiento con oxígeno para la altura, visualización de videos estratégicos y de jugadas, incluso asistencia personalizada para los jugadores ya no es algo nuevo.

Cuesta pensar que equipos de élite como el Real Madrid, Yankees de Nueva York o Los Ángeles Lakers, pudieran perpetuarse en el tope si no contaran con todo un personal tras bastidores que los mantiene cien por ciento competitivos. La selección nacional de baloncesto no es la excepción de esta regla.

Pensar que el éxito reciente del baloncesto criollo es solo obra de un puñado de jugadores con muchas ganas y de un técnico, que parece entender mejor que cualquiera los momentos del juego, sería un gran acto de mezquindad hacia un grupo de profesionales que aportan en lo táctico, la medicina e incluso en hacer sentir a los jugadores como reyes en los camerinos.

La jugada vista 100 veces

Daniel Seoane es el asistente técnico del “Che” García en la selección y en Guaros de Lara BBC. Estudiar la técnica del adversario es su trabajo. Aunque de muchacho tentaba en serio la posibilidad de ser profesional del baloncesto, en el camino se dio cuenta que lo suyo era entender las jugadas, aprenderlas y mejorarlas; lo de clavadas y tiros de tres puntos era para otros.

Su hobbie era grabar todo en VHS, por su puesto que los juegos de baloncesto eran la prioridad. Luego aprendió a editar y poco a poco se convirtió en un especialista en desnudar las debilidades de los contrarios, y eso el técnico “Che” García lo supo ver y aprovechar.

En los torneos cortos, acota Seoane, es cuando este tipo de práctica cobra mucha importancia pues rara vez hay oportunidad para entrenar pues se juega todos los días, “y el video te ayuda a resolver esas cosas que no puedes corregir en la cancha”.

Cuenta Seoane que en el Fiba Américas 2015, con el pase a los juegos de Río dependiendo de una cesta: “faltaba un minuto y hacemos una jugada preparada en defensa, que la habíamos visto en el video, que la habíamos diseñado 24 horas antes y que los jugadores en un momento de mucha presión la hacen perfecta. Esas pequeñas cositas nos llevaron a clasificar (a las olimpiadas)”.

Doctor Letizia al rescate

Juan Letizia, médico de profesión, no es nuevo en esto de diagnosticar las dolencias de los jugadores de baloncesto. Estuvo por primera vez con la selección por allá por 1992, y posteriormente en 2006 se incorporó nuevamente hasta el sol de hoy.

Letizia ha visto de primera mano cómo la tecnología médica influye positivamente en el desempeño del juego de baloncesto. En México contrarrestaron la altura con el uso de oxígeno exógeno, “que nos permitió llegar en buenas condiciones al partido decisivo”, señaló. En Brasil la meta será evitar la deshidratación.

Para el también médico de Guaros de Lara, el atleta debe entender que su cuerpo es su instrumento de trabajo y debe tenerlo en buenas condiciones, “debe invertirle para mantenerlo bien y evitar lesiones prematuras”. Y en este sentido es imposible dejar de pensar en Heissler Guillent y su lesión en el tendón de Aquiles: “esa es una de las lesiones más complejas del baloncesto, recientemente recuerdo que la sufrió Kobe Bryant. Incapacita al jugador de cuatro a seis meses. Pero con toda seguridad va a estar listo (Guillent) para los juegos olímpicos.

Aunque siempre el doctor se presentó muy formal en sus comentarios, Letizia no pudo ocultar la emoción cuando el campeonato FIBA Américas salió a relucir: “yo creo que la clave fue que el equipo contaba con mucho obrero, no había una estrella, todos ponían su granito de arena. Cuando se trabaja en conjunto y se logra un triunfo de estos, uno dice que sí vale la pena el trabajo”.

Con shorts limpios o sucios se gana

Freddy Urdaneta es el jefe de camerinos, “clubbie”, de Guaros y de la selección. Él sabe qué necesita cada jugador antes y después de cada juego. Conoce qué crema de afeitar usan o si toman tal o cual marca de bebidas para reponer electrolitos. Siempre tiene los uniformes a punto, limpios (o sucios según la cábala de cada basquetero), ordenados en cada guardaropas y por supuesto también le conoce uno que otro secretillo a los muchachos de la selección.

Lleva 25 años como el mandamás de los camerinos, aunque paradójicamente no comenzó en el baloncesto sino en el béisbol, con Cardenales de Lara. Con los años y ayudado por su padre (jefe de camerinos del equipo de béisbol crepuscular) pasó al baloncesto y ya tiene 13 años con Guaros de Lara.

Los días de partido, prácticamente vive en el Domo Bolivariano, por lo que le toca pasar más de 24 horas teniendo a punto todos los detalles de limpieza, logística y confort para los jugadores. Para Freddy los jugadores también son su familia, según dice pasa más tiempo con ellos que en casa con los suyos. Pero eso no le pesa, como dirían por ahí, lo lleva en la sangre así que a cada juego reúne a su familia deportiva con la afectiva y todo queda en confianza.

Pero no siempre los momentos son gratos. Cuando se pierde le toca sobrellevar esos ánimos: “Yo no hablo mucho. Dejo que ellos se cambien y les digo que siempre hay una segunda oportunidad, jugaste mal hoy, mañana puedes anotar 30 puntos. Siempre en el baloncesto hay una segunda oportunidad”.

Y sin duda que esa máxima se cumple. Y así el baloncesto le dio una oportunidad única, emular a su padre. Primero aquel con los Héroes de Portland, y ahora él con los Héroes de México: “me decían los muchachos lo lograste hiciste la misma hazaña de tu papá y a mí se me salían las lágrimas, como mi papá falleció yo miré al cielo y le dije: misión cumplida usted me puso aquí y aquí estoy”.

Iván Vera

Fotografías @harryfebres

Producción audiovisual @harryfebres