Son los pequeños detalles los que edifican vidas enteras. Generalmente las buenas personas no llevan pancartas ni acostumbran a hablar demasiado de sí mismas, porque en ocasiones, cometen el error de descuidarse un poco y mirar más por las necesidades ajenas. Pero no se dan cuenta por su forma de ver el mundo: dándo todo por los demás.
Ahora bien, quizás se crea que no todos pueden hacerlo, que no todo el mundo sabe practicar la bondad. Entonces ¿las buenas personas nacen o se hacen?
Desde la neurociencia hay muchas voces que defienden la tendencia innata del ser humano hacia la bondad, no obstante, las experiencias tempranas, los estilos de crianza, el contexto social y educativo podrían hacer que esta tendencia natural sufra las consecuentes variaciones. El propio acto de dar, de ofrecer, de ayudar y atender, debería ser por sí mismo un acto capaz de ofrecer felicidad y equilibrio interior. Sin embargo, no son muchas las personas que llegan a adquirir esta capacidad.
Cuida a las buenas personas que te rodean como tus bienes más preciados, cuídalos, rodéate de amistades que hagan mágico tu mundo, y si no las encuentras, conviértete tú en una de ellas.
AW
Con información de La mente es maravillosa.
Fotografía Gettyimages.