El artista nació en Ciudad Bolívar, el 5 de junio de 1923.  Estudió en la Escuela de Arte en Caracas, donde conoce a Carlos Cruz Diez y Alejandro Otero.

A partir de influencias cubistas y constructivistas, se convirtió en uno de los principales representantes del arte cinético y óptico. En 1950 se trasladó a París, ciudad en la que residiría hasta su muerte.

En Francia descubrió la obra de Paul Klee y, sobre todo, a Piet Mondrian, quien le suscitó la idea de «dinamizar el neoplasticismo». Intentó plasmar en su serie Metamorfosis (1954) un equivalente de la serialidad musical.

Ya en 1956, creó sus primeras estructuras cinéticas. Su cinetismo se caracterizó por integrar en la obra la percepción del espectador en desplazamiento ante el objeto; son notables Dinámica del color (1957) y Escrituras (1963).

A partir de la década de 1960 diseñó penetrables y obras de integración arquitectónica, como la decoración del interior del edificio de la UNESCO en París (1970), el interior del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou de París (1976) y numerosos espacios públicos en Caracas.

El desarrollo de la obra de Jesús Soto partió del cinetismo perceptivo (estudios en blanco y negro basados en efectos moiré, planos activados mediante el color y vibración retiniana de líneas provocada por la interacción entre figura y fondo) para llegar a la conquista total del espacio. Entre un punto y otro, Soto no escatimó la exploración de las fases y estadios intermedios.

A las primeras obras bidimensionales de los años cincuenta pronto les sucederían otras en las que interviene el espacio como elemento dinamizador. Mediante la superposición de planos transparentes (láminas de plexiglás que sirven de soporte a entramados lineales), Jesús Soto creó imágenes múltiples para la mirada de un espectador móvil (Doble transparencia, 1956, Colección Lia Imber de Coronil, Venezuela; Estructura cinética horizontal-vertical, 1957, Museo de Arte Moderno JesúsSoto, Ciudad de Bolívar, Venezuela).

El mismo efecto lo consiguió mediante superficies de líneas paralelas que sirven de fondo a finas varillas suspendidas, cuyos trazos vienen a sumarse a los dibujados provocando configuraciones siempre cambiantes, como se observa en Vibraciones metálicas (1966, Colección del artista) o Ana (1968, Colección del artista).

Llevando a gran escala estas mismas composiciones mediante la articulación de planos formados por enrejados de diversas inclinaciones, Soto construyó un tipo de esculturas a las que llamó penetrables y, efectivamente, el espectador puede introducirse en los laberintos de su interior, con lo que su experiencia visual será múltiple en función del número de enrejados que funda con su mirada, los puntos de vista que adopte y los movimientos de cabeza que efectúe (Prepenetrable, 1957, Colección Alfredo Boulton, Caracas).

Otras veces los penetrables son grandes espacios de juego, como en las instalaciones formadas por miles de hilos de nailon que penden del techo creando una selva imaginaria que cada uno recorre a su antojo. En otras ocasiones impera el sentido monumental de ocupación del espacio.

Soto creó entonces estructuras geométricas que en repetición clónica alcanzan grandes dimensiones, o sembró techos y suelos de varillas pintadas (Progresión suspendida, Hall del Museo de Arte Moderno, París; Volumen suspendido, 1979, Centro Vanaveu, Caracas; o Extensión amarilla y blanca, 1979, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid).

En 1988 realizó la Esfera Virtual para el Parque Olímpico de Escultura de Seúl. En los años noventa mostró su trabajo en el Museo de Arte Moderno de Kamakura, Japón (1990), en el Centro Georges Pompidou de París (1993), en la Kunshalle de Colonia, Alemania (1993) y en el MOMA de Nueva York (1993). Uno de los principales museos de artes plásticas de Venezuela, instalado en su ciudad natal, lleva su nombre.

Muere en la ciudad de París, Francia, el 14 de enero de 2005.

Recientemente, una obra del artista criollo fue subastada por 880 mil dólares, en Nueva York. Se trata del Salón de Mai que también fue exhibida en la década de los 80 en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. La obra mide 214 x 200 centímetros. En 2012, La scie a metaux (La segueta de metal) realizada por  Soto en 1960, fue vendida por la casa Sotheby’s en Nueva York, en la subasta de Arte Latinoamericano, en 1.082.500 dólares.

KYL

Con información de El Universal.

"Quiero incluir todo lo que considero nuevo en el arte moderno... Eso sería una ayuda para los jóvenes", comentó Soto en una entrevista a Jean Clay
«Quiero incluir todo lo que considero nuevo en el arte moderno… Eso sería una ayuda para los jóvenes», comentó Soto en una entrevista a Jean Clay