La iniciativa es un servicio gratuito que está expandiéndose a otras latitudes

En la pequeña ciudad de Grenoble, en los Alpes franceses, existe una singular iniciativa que acerca la gente a la lectura. Se trata de un servicio totalmente gratuito para poner contenidos cortos en manos de las personas.

Estos dispensadores de relatos colocados en la ciudad aprovechan los momentos de espera en lugares públicos, Como en un distribuidor de refrescos y comida, las historias salen de un cilindro de color negro y naranja por una ranura dispuesta en la parte superior.

No hay límite en el número de historias que se pueden leer.  El formato de tres minutos tiene 8 cm. de ancho, como el de una factura de automercado, y 60 cm. de largo. Para relatos más extensos, el largo del formato aumenta.

Se trata de una iniciativa entre los fundadores del grupo Shorté Edition y el alcalde de Grenoble, del partido ecologista Eric Piolle. Por el momento el proyecto contempla 8 máquinas por toda la ciudad, en lugares públicos como el ayuntamiento, oficinas de turismo, bibliotecas y centros sociales.

En otras latitudes como Estados Unidos el proyecto Little Free Libraries (Pequeñas bibliotecas gratis) ofrece libros sin costo colocados en pequeños contenedores para los miembros de la comunidad local. En 2013, los arquitectos venezolanos Marcelo Ertorteguy y Sara Valente de la oficina de diseño Stereotank fueron seleccionados para diseñar una de estas Bibliotecas Libres en una pequeña escuela de Nolita (NoLIta – North of Little Italy), en Nueva York.

En Ecuador existe el proyecto Dora la Dispensadora que también promueve la lectura con una máquina muy parecida a una dispensador de refrescos o snacks. En esta iniciativa latinoamericana se ofrecen obras de la literatura en libros de bolsillo.

AW

Con información de Di conexiones

Fotografía destacada Gettyimages.

Dispensador de textos
Dispensador de textos en la ciudad de Grenoble