Músicos venezolanos llevaron un mensaje de enseñanza que sorprendió a profesores suecos y les demostró cómo una nueva forma de asumir una pasión

Los criollos Oriana Silva, flutista, y Ron Davis Álvarez, violinista, forman parte de un programa llamado “Teaching artists in residence by El Sistema”, el cual se constituye con la colaboración de El Sistema Venezuela, El Sistema Suecia, y la Universidad de Música de Gotemburgo. Proponen un intercambio de conocimientos que prevé el desarrollo del músico.

Ambos llegaron a Suecia para aprender sobre el trabajo que El Sistema Suecia realiza desde 2009, el cual beneficia a siete mil familias en 20 comunidades a través de 30 núcleos.

Silva ha dirigido durante tres años a 300 niños del Núcleo Santa Rosa de Agua, en Maracaibo, desarrollando un increíble Programa de Iniciación Musical, mientras que Álvarez fundó el único núcleo de El Sistema en el Círculo Polar Ártico, en Groenlandia.

En tanto que los venezolanos asumen este reto, los suecos Johan Stern, líder de los violonchelos de la Orquesta Sinfónica de Gotemburgo, y Lina Molander-Ekström, violista y especialista en el Programa de Iniciación Musical, se encuentran en Venezuela conociendo el trabajo de El Sistema en Caracas, Maracaibo, Bobures, Mérida y San Juan de Los Morros.

Silva y Álvarez se presentaron ante 40 profesores suecos, de siete escuelas culturales de Gotemburgo, para explicar cómo ha funcionado en Venezuela desde hace más de cuatro décadas el modelo artístico social del maestro José Antonio Abreu. Presentaron el taller Yo soy un pasante donde exponen de la humildad que requiere el verdadero músico.

Los venezolanos ofrecieron una visión amplia de cómo trabajar con pasión, actitud y tolerancia para lograr que los niños interpreten grandes obras y obtengan enormes beneficios para su  humanidad, aun cuando los obstáculos parezcan sobrepasarlos.

Su mensaje, lo que el maestro Abreu les inculcó, “ser siempre estudiantes, enseñar como estudiantes que se nutren de sus alumnos y aprenden como estudiantes” ha sido una completa inspiración para los docentes suecos que ahora conocen de una nueva manera de enseñar, una que tiene impresa tres colores y ocho estrellas.

Yelimar Requena

Con información de El Universal.

Fotografía Gettyimages.