El próximo nueve de noviembre Rio de Janerio abrirá las puertas de su nueva atracción turística con la que esperan recibir, en su primer año, la visita en un millón de turistas...

El Sumario – Los maravillosos secretos del mar resultan una curiosidad lejana para quienes no están dispuestos a sumergirse en sus profundidades, o por lo menos eso creíamos hasta ahora. Brasil hará posible que cualquier ciudadano pueda conocer esos misterios, ¿cómo es posible?, visitando su nueva atracción turística, el acuario más grande de Latinoamérica.

El gigantesco esqueleto de una ballena jorobada de 13 metros y 37 toneladas, que se había quedado varada en la playa de la Macumba, te da la bienvenida al mágico lugar llamado AquaRio. Ubicado en una zona rehabilitada para los Juegos Olímpicos, cuenta con 26 metros cuadrados y 4.5 millones de litros de agua salada.

En total, 28 acuarios conforman el nuevo atractivo de la ciudad. El primero de ellos te cita con los  peces más «peligrosos» del océano, como la raya eléctrica o el pez león. Otros te llevan a los bellos corales donde los más indefensos viven tranquilos y seguros.

La atracción principal es un túnel de paredes acrílicas, de 20 metros de largo, que atraviesa el estaque de los tiburones y donde se permitirá que los más pequeños acampen para experimentar “una noche en el fondo del mar. Entre otras cosas, visitante también podrá divertirse creando un «pez virtual» que lo seguirá en su viaje entre los colores del acuario.

AquaRio exhibirá tres mil peces de 350 especies diferentes, entre ellos una cuarentena de tiburones como el «tiburón nodriza o tiburón gata» (Ginglymostoma cirratum) que puede llegar a medir 4.3 metros y pesar 400 kilos. No obstante, el espacio está pensado para recibir a unos ocho mil peces.

Esta maravillosa idea se le ocurrió al biólogo marino Marcelo Szpilman, quien inspirado en el acuario de Lisboa y el de Monterrey, California, creo esta imponente estructura que entres su planes futuros dilucida un centro de buceo que permitirá nadar entre tiburones.

El proyecto, que tomó cuatro años y requirió un presupuesto de 40.5 millones de dólares, podrá recibir mil personas por hora y espera al cabo de un año haber atendido a un millón de turistas.

Yelimar Requena

Con información de Terra.