El Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB), la entidad para incentivar las inversiones creada por China y que cuenta con el apoyo de 57 países, quedó instaurado formalmente este lunes 29 en una ceremonia que se celebró en el Gran Salón del Pueblo en Pekín.

Tras China, India y Rusia, Alemania es el cuarto mayor acreedor con un 4,1 por ciento del capital, y el miembro más importante de fuera del continente asiático con la esperanza de que Fráncfort y no Londres albergue la oficina en Europa. España también se ha sumado al proyecto.

Al final, hasta a los propios chinos les ha sorprendido el éxito de la iniciativa que lanzó hace apenas dos años el jefe de Estado y de Partido, Xi Jinping, para crear una entidad financiera internacional.

No deja de ser un logro diplomático, a pesar de que Estados Unidos al inicio intentó ejercer una oposición activa con aliados estrechos como Reino Unido. Al final participan casi 60 países. «Es mejor estar ahí que no estar», dijo hoy un diplomático.

Estados Unidos y Japón, su aliado en Asia, no se han sumado a la iniciativa. El banco, que parte con un capital fundacional de 100.000 millones de dólares (89.900 millones de euros), está principalmente destinado a financiar los crecientes proyectos de infraestructura en Asia.

Algunas voces advierten que podría erigirse en competencia del Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacaional (FMI) y el Banco Asiático de Desarrollo (ADB).

El presidente del nuevo organismo será probablemente el ex viceministro de Finanzas chino, Jin Liqun, que goza de prestigio como banquero experimentado, habla inglés fluido y en el pasado trabajó en el Banco Asiático de Desarrollo. En la segunda mitad del año se decidirá sobre los puestos directivos y el consejo regulador.

La sede de la entidad se establecerá en Pekín y comenzará funcionar a comienzos de 2016. En el futuro se abrirán también oficinas regionales en otros países.

LS

Con información de dpa

Fotografía REUTERS / POOL/WANG ZHAO