Sin duda el encabezado de esta nota es un tanto exagerado e impreciso. La realidad es que los bebes y los perros tienen una relación afín muy orgánica, fundamentada en que el niño no nace con miedo al perro y que el perro (si está bien educado) no tiene celos del niño, ni lo ve como una amenaza.

No les vamos a contar de qué va el video, pues es evidente, pero les pedimos atención al rol del adulto presente. Con sangre fría, digna de un cirujano cerebral, sirve de mediador entre su bebé de 4 kilos y su mascota de 45.

Padres, no repitan esto en casa.

IV

Con información de YouTube

Fotografía Gettyimages