El Sumario – «Querido público, por favor apaguen sus teléfonos. La función va a comenzar», se escuchaba en el Palace Theatre de Londres justo antes del estreno de la primera parte de Harry Potter y el niño maldito. Y al abrirse el telón, aparecía el andén nueve y tres cuartos desde el que sale el tren hacia la escuela de magia Hogwarts.

Aunque no eran los únicos, la sala estaba llena de veinteañeros pertenecientes a la llamada generación Potter. Algunos iban ataviados con capas de Hogwarts, otros con bufandas de Gryffindor o con giratiempos. Asimismo, también estaba allí la creadora del universo Potter, Joanne K. Rowling. La escritora agradeció a los fans que, pese a los numerosos ensayos, no haya trascendido demasiado sobre el contenido de la obra. «Eso es lo extraordinario de ser fan», dijo Rowling, de 51 años, y manifestó su deseo de que Harry Potter y el niño maldito viaje a otras ciudades de todo el mundo.

La acción comienza justo donde terminaba la séptima entrega de la saga. Hermione y Ron, los mejores amigos de Harry Potter, acabaron casándose y la aplicada Hermione se convirtió en ministra de Magia. Harry, a quien sobre las tablas da vida Jamie Parker, es un funcionario saturado del Ministerio de Magia, casado con Ginny (Poppy Miller), la hermana de su amigo Ron.

La relación de Potter con el hijo de ambos, Albus Severus (Sam Clemmett), no es fácil: Albus sufre la presión ante las expectativas que genera sobre él la fama de su padre. Y para decepción de este, desde su primer día en Hogwarts se hace amigo de Scorpius Malfoy (Anthony Boyle), hijo del archienemigo de Potter, Draco.

La puesta en escena de la obra busca mantener los numerosos efectos especiales de las películas. A lo largo de la pieza varias personas desaparecen de un escenario sobre el que vuelan escobas, hay duelos de magia en slow motion al estilo Matrix y dementores que se alimentan de la felicidad y que se acercan escalofriantemente al público.

Con todo, el Palace Theatre no fue el único lugar que se llenó de fans de Harry Potter: en la media noche se publicaba también el guión de la obra como octavo volumen de la saga, y un centenar de librerías británicas abrieron sus puertas. Solo en una de las pertenecientes a la cadena Waterstones, en la plaza Piccadily de Londres, se congregaron en torno a 700 seguidores del aprendiz de mago. «Contamos con que Harry Potter y el niño maldito sea el libro del año», dijo una portavoz. De momento, ha aterrizado en el número uno en la lista de bestsellers de Amazon.

Samuel Bello

Con información de dpa.

Fotografía REUTERS/Neil Hall.