Al entrar a una sala de cine y ver una pequeña lámpara que salta y salta, el público identifica inmediatamente a Luxo Jr. sobre las letras de Pixar como sinónimo de cine de calidad y deslumbrantes fantasías animadas gracias al trabajo de la compañía pionera de la animación digital, que cumplió esta semana 30 años.

Este pequeño saltarín es el icono introductorio de algunas de las películas más fascinantes y reconocidas de la historia de la animación, como Toy Story, Up, Buscando a Nemo o la reciente Intensamente.

Pixar se constituyó como tal el 3 de febrero de 1986, después de que el gurú y líder de Apple, Steve Jobs, la comprara, pero los orígenes de la compañía son anteriores y se relacionan con otro genio, el cineasta y creador de Star Wars, George Lucas.

Tras la compra de la división por parte de Jobs en 1986, Pixar se estableció como una compañía independiente y empezó a desarrollar cortometrajes cada vez más complejos hasta crear en 1995 su primer largometraje, Toy Story.

Las aventuras de Woody y Buzz sólo fueron el comienzo de una filmografía que continuaría con Bichos (1998), Monsters Inc. (2001), Buscando a Nemo (2003) o Los Increíbles (2004) y que hasta la fecha acumula dieciséis largometrajes en total.

Pixar amplió su paleta de temas y produjo filmes de guión sencillo y destinados al público infantil, como Cars (2006), pero también películas mucho más ambiciosas Ratatouille (2007) y Up (2009).

La empresa de animación no sólo fue una visionaria a la hora de abrir camino para la animación digital y los efectos producidos por ordenadores, sino que además supo atraer hábilmente a espectadores de todas las edades, ya que tanto niños como adultos han caído rendidos a los encantos de sus películas. Para el futuro, Pixar plantea las continuaciones de algunas de sus películas más conocidas.

Alejandra Watts

Con inforamción de agencias.