Restos de la pequeña rana autóctona de Puerto Rico, de más de 29 millones de años, fueron hallados en el noroeste de la isla

El Sumario – «La rana se encanta de lo bien que canta«, dice el refrán y en Puerto Rico cada vez que llueve la música exterior en cualquier rincón es el típico y popular «cantar del coqui» del que se ha hallado un fósil que lo convierte en la rana más antigua del Caribe.

El hallazgo en Puerto Rico llenó un hueco en el panorama científico, después de que el paleontólogo puertorriqueño Jorge Vélez Juarbe hallara el fósil más antiguo del mundo de un coquí, la pequeña rana autóctona, de más de 29 millones de años, en el noroeste de la isla, descubrimiento realizado en 2012 y que estos días publicó la revista científica Biology Letters.

«En ningún otro sitio del mundo se ha encontrado un coquí más viejo. Es el fósil de rana más antiguo del Caribe», afirmó Vélez Juarbe.

El coquí es un pequeño anfibio que no mide más de 35 milímetros y se distingue de otras ranas, porque en las noches interpreta un cántico peculiar, una onomatopeya.

El descubrimiento

Según relató el paleobiólogo, una tarde del verano de 2012 (como hacía desde el 2006) visitaba junto a su esposa y varios amigos, un río en el municipio de San Sebastián para hacer sus excavaciones y lograr algún descubrimiento.

Dicha zona, explicó Vélez Juarbe, de 39 años, «preserva distintos tipos de paleoambientes y da la posibilidad de encontrar fósiles de organismos marinos y terrestres. Como la zona está en un río, constantemente va erosionando, y es ideal» para otros descubrimientos, indicó.

Tras un rato rastreando la zona, éste decidió explorar un poco más hacia el sur del área, adonde casi nunca iba.

«Le digo a mis acompañantes que me esperaran. Cruzo el río, empiezo a explorar en un área donde la roca es color gris-azul y veo un puntito color café casi naranja que me estuvo curioso, ya que era distinto al resto de la roca. Colecto el pedazo de roca, la miro con mi lupa y veo su morfología», detalló.

Según explicó, al apreciar fijamente la roca, reconoció que tenía un pequeño fósil. «Lo primero que me viene a la mente es que es de un pez, porque tiene más huesos, y se preserva más», dijo.

No obstante, al apreciarlo mejor afirmó: «he visto esto antes, pero no sé donde y no es un pez».

Así, Vélez Juarbe recolectó la roca y se regresó a su casa, donde usando un alfiler limpió la peña para tener una mejor percepción y descubrió que era de un coqui.

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María Alejandra Guevara

Con información de Agencias