Investigadores de la Universidad de Chicago, la Universidad Libre de Bruselas y el Medical College de Wisconsin determinaron que la falta de sueño podría producir que se aumente el apetito y se tengan antojos de comida poco saludables.
Según los Centros de Control para las Enfermedades, uno de cada tres estadounidenses no duerme lo suficiente y casi el mismo porcentaje sufre de obesidad. Erin Hanlon, autor del estudio, investigó la relación entre esos dos problemas de salud pública.
«La evidencia de laboratorio y estudios epidemiológicos comenzó a mostrar factores asociados entre la falta de sueño y el riegos de obesidad», dijo.
Dormir poco puede ser un factor de riesgo porque aumenta el hambre debido al delicado balance entre los nutrientes que se consumen y la energía que requiere estar despierto.
El estudio comparó a 14 adultos saludables que tenían cuatro noches de descanso normal (8 horas) con otros que solo dormían cuatro horas esas mismas noches. A ambos grupos les dieron comidas debidamente preparadas. En el último día les dejaron escoger su propia comida incluyendo postres como galletas, dulces y papas fritas. Los que habían dormido poco fueron más propensos a querer comida chatarra.
Las investigaciones sugieren que la falta de sueño afecta los niveles de endocanabinoides, químicos del cerebro que regulan el apetito y son responsables de los mismos receptores que se estimulan con la marihuana.
Alejandra Watts
Con información de CNN.
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