El SumarioLa degeneración macular asociada a la edad es un proceso que tiene que ver con el envejecimiento. A medida que se acercan a los 50 años, la mácula se deteriora de cierta manera en las personas. El complicado metabolismo de la retina consume muchos recursos, pero a su vez genera bastantes desechos celulares, que el organismo de manera natural va desechando.

La DMAE también se asocia a un proceso de neovascularización de la retina: una progresiva aparición de nuevos vasos sanguíneos de comportamiento anómalo y asociados a tejido conectivo, ya que conducen a la formación de nuevas membranas. La neovascularización surge como respuesta a un estado de isquemia (irrigación sanguínea deficitaria) prolongada en la retina. Da lugar a vasos de mala calidad, con tendencia a romperse y a producir hemorragias. Su presencia compromete el buen funcionamiento de la retina y termina produciendo DMAE cuando la proliferación de nuevos vasos sanguíneos afecta a la zona de la mácula.

Diagnostico Precoz

En la fase inicial, la degeneración macular asociada a la edad no genera síntomas evidentes, por lo que se diagnostica en fases mas avanzadas, cuando la perdida visual ya es importante. El diagnóstico tiende a ser mas tardío cuando la DMAE afecta a un solo ojo. Con el tiempo, la DMAE distorsiona la visión, que se vuelve borrosa y pierde precisión de forma progresiva.

La idea de desarrollar fármacos capaces de suprimir la proliferación de vasos sanguíneos para combatir el cáncer arranca de la observación de que los tumores sólidos están siempre fuertemente irrigados: las células cancerosas necesitan un riego sanguíneo muy intenso para multiplicarse, lo que da lugar a la creación de nuevos vasos. Este fenómeno recibe el nombre de neovascularización y no sucede únicamente en el cáncer. Actualmente, existen tres fármacos anti-VEGF, también denominados antiangiogénicos : bevacizumab (de nombre comercial Avastin), ranibizumab (de nombre comercial Lucentis) y aflibercept oftálmico (de nombre comercial Eylea).

Bevacizumab se aprobó inicialmente para el tratamiento de determinados tipos de cáncer (colon, mama, pulmón y riñón), con poco éxito, pues los tumores encontraban enseguida hormonas alternativas para sustituir al VEGF. Mientras tanto, se comprobó que los pacientes que lo recibían y también tenían DMAE mejoraban, por lo que se inició su uso oftalmológico. Dado que la administración intravenosa de bevacizumab provoca importantes efectos secundarios, comenzó a aplicarse mediante inyección intravítrea. Poco después, se comercializó ranibizumab, desarrollado por la misma compañía farmacéutica (Genetech, del grupo Roche) y aprobado para el tratamiento de la DMAE.

Geraldine Escobar

Con información de Mercado del dinero USA 

Fotografía GettyImages