Dashrath Manjhi es recordado en la India por su gran obra y visión que beneficia a toda su comunidad: sin contar con maquinaria oficial ni recursos, decidió tomar su martillo y abrir grietas en las rocas hasta construir una ruta que les permitiera tener acceso a otro pueblo con mejor calidad de vida.
Para llegar al otro lado había que darle la vuelta a la montaña y recorrer 60 kilómetros. A eso se le sumaba el peligro que representaba.
Al ver la necesidad que pasaban sus vecinos, Manjhi decidió eliminar las rocas que separaban ambos pueblos. Todo el mundo dijo que estaba loco, que no podría hacerlo, pero lo hizo, le tomó 22 años, pero lo hizo.
Manjhi falleció, pero hoy su obra sigue, en las manos de sus amigos, que cada vez son más. Su visión llegó a todos los pobladores que se involucraron en la causa y el paso es hoy una realidad.
Porque lo importante no es sólo el cruce, sino levantar a la comunidad, unirla, darle una misión. Y así, con el paso, la generación más joven puede aspirar a una mejor educación, trabajo y calidad de vida.
DS
Con información de Buen Diario.