El Sumario – La empresa multinacional japonesa Sony lanzó al mercado unos auriculares inalámbricos que cuenta con un diseño exclusivo y una calidad de sonido a la altura de lo que se espera de un producto de gama alta

Los receptores WF-1000XM3 y AfterShokz Aeropex están a la venta alrededor de unos 250 euros, cuentan con una característica que casi no se ve en modelos de este tamaño: un sistema de cancelación de ruido activo.

 

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De esta manera, consigue reducir sustancialmente los sonidos no deseados cuando estamos escuchando música y al realizar llamadas en formato manos libres. Su diseño intraaural ayuda. Pero el protagonismo es de una tecnología que funciona del mismo modo que en los modelos “más grandes”: un par de micrófonos situados en cada uno de los auriculares registran el ruido del entorno (el tráfico, las conversaciones), lo analizan y crean una onda de sonido invertida que lo compensa, haciendo que prácticamente se elimine.

Los Sony WF-1000XM3 tienen un par de características  varias de ellas, es que ambos auriculares se conectan por Bluetooth al dispositivo móvil. Destacamos esta prestación porque lo habitual es que lo haga solo el auricular derecho y que éste, a su vez, sea el que envíe la señal al izquierdo. Con este sistema, la conexión es más estable, también se reduce la latencia e, incluso, se mejora la autonomía.

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La propuesta de la firma AfterShokz con sus Aeropex (169,99 euros), por otro lado, se basa en el uso de un sistema diferente para transmitir el sonido: la tecnología de conducción ósea. Así, se colocan en los pómulos en lugar de en las orejas y generan pequeñas vibraciones que se propagan por el cráneo sin pasar por los tímpanos.

Cuando los utilizas por primera vez la sensación es extraña: es similar a la de escuchar música con unos altavoces, con la excepción de que nadie a tu alrededor oye nada. Además, este sistema deja los oídos libres, permitiendo que se perciba muy bien el entorno y que no sea necesario quitárselos para mantener una conversación. La calidad del audio no está mal: bajos y medios suenan razonablemente profundos, aunque la riqueza general no es comparable a la que se obtiene con unos auriculares tradicionales.

 

Elaine López

Con información de El País