Estos animales pueden ser muy tiernos, sin embargo, pocas personas saben tratarlos de la forma correcta. Lo primero que se debe entender es que la jaula en la que se encuentren debe estar alejada de aire y luz solar directa. Se recomienda ubicarlos en zonas calidas, en las que no haya demasiado frío ni calor.

El suelo de la jaula debería estar cubierto con una capa de madera o aserrín no muy fino; de la misma forma, la jaula debería incluir un bebedero de agua potable, a una altura accesible para el hámster. Hay que tener en cuenta que el agua no debe llegar a tocar las virutas de madera porque si se mojan pueden descomponerse y causar que el hámster se enferme.

Respecto al agua, es importante cambiarla diariamente para evitar que se acumulen residuos y proliferen bacterias. La higiene es imprescindible para que el hámster viva en buenas condiciones.

También se le debe proporcionar diferentes juguetes que estén pensados para que el animal pueda roerlos, como por ejemplo los tubos de cartón que se encuentran dentro de los rollos de papel higiénico.

Es importante crearles un espacio confortable para dormir, diferenciado del resto de la jaula. Se puede usar una caja para que el hámster duerma adentro, y se le abre a la misma una pequeña puerta. Luego, se colocaría la caja en un rincón de la jaula. Es importante recordar que la jaula debe lavarse con cierta frecuencia, no así el animal debido a que ellos se limpian solos.

En cuanto a la comida, conviene darles una mezcla de alimentos preparada comercialmente para hámsters una o dos veces al día. Suministrar una pequeña cantidad de frutas y verduras todo el año. Al introducir alimentos nuevos, en un principio, se le deben dar porciones pequeñas para que su sistema pueda acostumbrarse a ellos.

LS

Con información de Uncomo.

Fotografía Gettyimages.