Tuvimos el placer de conversar con Caterina Valentino, quien nos trató con mucha amabilidad en medio de su agenda tan apretada.

Todos se preguntarán cuándo se relaja aunque sea un momento, debido a que ella se para temprano, va al canal a grabar la novela si le toca, luego a grabar su programa para después finalizar en la radio y si puede entrena cuando no tiene en la agenda viajar.

“Siempre trato de tomarme un momento para meditar, me gusta mucho y es un minuto que tomo como para buscar el cable a tierra, para tratar de buscar una conexión en medio de tanto movimiento” asegura.

A lo largo de su carrera ha tenido momentos gratos, sin embargo le ha tocado informar noticias que nunca olvidará, como la muerte de los hermanos Faddoul.

“La muerte de ellos fue muy difícil, porque me tocó comunicarlo en el noticiero y recuerdo que tuve que informarles a los familiares lo que me estaba diciendo la reportera de sucesos, lo recuerdo y es terrible porque ellos eran nuestros vecinos, ellos jugaban en frente de la casa y todavía ver a la madre de los Faddoul es duro y te juro que me cambia el ánimo cuando hablo de eso, ha sido el momento más difícil de mi carrera, eso no se me olvida y recuerdo que era de noche y me tocó narrar ese noticiero y llegué con los ojos hinchados de tanto llorar. Y ese día me gané un regaño grande porque en la editorial del noticiero yo agarré y le metí unas palabras de la madre de los Faddoul porque es una persona cercana y aprendí que eso no se puede cambiar porque los medios de comunicación son una cosa y nosotros somos otra”.

Sueña con la internacionalización y cree que la novela la ayudará

Lo que quiere

“Yo sueño con la internacionalización y creo que la novela me va a llevar a eso, creo que hemos trabajado mucho, y lo deseo con paz y con felicidad, porque a veces hay tanto movimiento que no disfrutas, por eso quiero esto pero gonzándolo. También me encantaría entrevistar al Papa Francisco me parece que es un grande en lo que hace, sin duda es uno de los personajes que tengo pendiente”.

La Caterina que pocos conocen es madrina de los niños de la Casa Ronald McDonald’s. “Esos son mis chiquitos y ser embajadora de esta iniciativa me ha permitido estar con niños que no tienen recursos y como embajadora canalizo con las empresas que quieren hacer donativos o juguetes, o en mi caso que yo doné algunas sillas de ruedas y equipos electrónicos. Realmente lo que yo quiero ser es una real influencia para hacer cambios, yo no quiero ser famosa por ser famosa, no, yo quiero ser famosa para cambiar cosas, quiero tener éxitos, llegarle a la gente, eso es lo que quiero, por donde yo vengo y de donde crecí”.

Conócela rápidamente 

¿Cómo es Caterina en su casa?

-Ermitaña. No socializo ni conozco a mis vecinos.

¿Un rincón de tu hogar?

-Mi piano.

¿Qué es lo más sagrado para ti?

-La Familia.

Algo loco que te gustaría hacer.

-Volar por mi misma, ya lo he intentado en parapente y eso pero quisiera hacerlo por mi misma.

¿Qué haces para salir de la rutina?

Yo detesto la rutina, por eso creo que acepto tantas cosas a la vez.

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«Soy ermitaña. No socializo ni conozco a mis vecinos»

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

-Ahora con la novela. Los directores están muy contentos y el público lo está esperando.

¿Cuál sería tu palabra, conquistar o valentía?

-Valentía.

¿Has conquistado tus sueños?

-En eso estoy.

Algo que no sepamos de Caterina Valentino.

-Me gusta cantar, y que a veces tiendo mucho a la perfección y la perfección no existe.

Una comida.

-Son dos, la italiana y japonesa.

Una ciudad que no sea Caracas.

-Roma.

Un diseñador?

-Alejandro Fajardo.

¿Qué le falta a Caterina Valentino por hacer?

-Me gustaría hacer familia, no sé si casarme otra vez, pero sí me gustaría tener un hijo.

Orealba Soriano

Fotografías cortesía de Caterina Valentino

Producción audiovisual de Harry Febres