Caracas le reza al Nazareno ante la crisis de COVID-19
Los caraqueños pudieron ver desde sus ventanas la imagen del Nazareno de San Pablo que recorrió de este a oeste la capital

El Sumario – Los caraqueños se asomaron el miércoles a sus balcones y ventanas, los más atrevidos incluso salieron a las calles, para ver pasar al Nazareno de San Pablo, imagen a la que pidieron en el siglo XVII que acabara con la peste y a la que apelan en pleno XXI para que termine con el COVID-19.

Con su procesión comienza habitualmente la Semana Santa caraqueña, un acto marcado en rojo para los devotos de una estampa de origen colonial y sevillana que consideran recobró todo su sentido.

En plena epidemia de peste en Santiago de León de Caracas en 1696, los habitantes de la entonces capital de la Capitanía General de Venezuela acudieron en su desesperación a la oración frente a una imagen que se elaboró unos años antes a orillas del Guadalquivir.

Según el mito, el Nazareno le habló a su escultor al terminar la obra policromada de 174 centímetros: «¿Dónde me has visto que tan perfecto me has hecho?»

Ya en Caracas y mientras la población era diezmada por la enfermedad, los supervivientes se echaron a las calles con su Nazareno a hombros y le rogaron el cese de la peste en una solemne procesión por las calles.

Cuenta la tradición que la cruz que porta el Nazareno de San Pablo chocó con un limonero en una de las esquinas de Caracas. En la corona de espinas se enredaron varias ramas y los frutos cayeron al suelo.

La gente hizo entonces limonada y, siempre según la historia, se obró el milagro: cesó la peste.

No en vano, a la esquina en que chocó la cruz la conocen popularmente como «Miracielos» y al árbol le comenzaron a llamar «Limonero del Señor».

En plena pandemia de COVID-19, muchos caraqueños vieron en esta tradición una ventana a la esperanza en la cuarta semana de confinamiento.

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Con información de agencias y redes sociales