Miguel Cabrera lo hizo de nuevo. El muchacho de Maracay nos mantuvo en vilo toda la temporada regular, con algunas lesiones que lo alejaron del terreno de juego hasta por seis semanas. El pasado lunes por la noche logró la cantidad de apariciones oficiales para ser contendiente al cetro ofensivo. Hoy es un hecho: es el campeón bate de las Grandes Ligas con .338 de average.

Más allá de su mecánica de bateo, es un tipo que nació para jugar a la pelota. No hay dudas. Sumó suficientes presentaciones en el plato, en 119 juegos, para calificar a su cuarto título de bateo en cinco años.

Lejos quedó Xander Boegarts, quien terminó en el segundo lugar en la Liga Americana en dicha categoría con un respetable average de .320 con los Medias Rojas de Boston.

El venezolano se fue este sábado de 4-3: dos sencillos, cuadrangular y dos remolcadas, que le permiten llegar a 76 impulsadas en la temporada. Para Cabrera fue su primer cuadrangular desde el 26 de agosto, con lo que rompe una sequía de 104 oportunidades al bate, la más prolongada de su carrera, llegando a 18 vuelacercas en la temporada.

Solamente ocho jugadores en la historia de Grandes Ligas han ganado cuatro títulos de bateo o más en espacio de cinco años. El último que había logrado la hazaña fue Tony Gwynn.

Cabrera fue campeón de bateo en tres años consecutivos del 2011 al 2013, José Altuve se llevó el reconocimiento el año pasado.

El inicialista se unió a Cap Anson, Roberto Clemente, Harry Heilmann (los tres miembros del Salón de la Fama) y Bill Madlock como los jugadores con cuatro reinados ofensivos.

Además, dentro de la organización de los Tigres, sólo tendría por delante a la leyenda Ty Cobb con 12 cetros.

Kir-Her Yánez León