La localidad de Puerto Madero es conocida por sus calles, parques y plazas las cuales homenajean a iconos femeninos de la historia argentina

La localidad argentina de Puerto Madero es un exclusivo centro residencial, gastronómico y de negocios que se consolida como un atractivo lugar para locales y extranjeros por cuenta de sus paisajes y rincones llenos de magia, que elevan la historia de Argentina a su máxima expresión. Calles, parques y plazas rinden un homenaje a las mujeres que por sus hazañas y descubrimientos son recordadas como verdaderas heroínas nacionales.

Azucena Villaflor, fundadora del movimiento Madres de Plaza de Mayo; Alicia Moreau de Justo, defensora de los derechos humanos; Trinidad Guevara, la primera actriz argentina en los tiempos de la independencia; Cecilia Grierson, la primera médica del país; Aimé Painé, última princesa mapuche. Cada una tiene su lugar en este barrio rosa y verde.

Uno de los emblemas más preciados de esta joya argentina es el Puente de la Mujer, una estructura giratoria que permite el paso de embarcaciones de grandes velas. Su forma representa la imagen de una pareja que baila tango. El mástil simboliza al hombre y las formas curvas a la mujer.

Aun con tantos tesoros, en Puerto Madero el género femenino sigue siendo la mayor inspiración del desarrollo urbano. Por eso, no es casualidad encontrarse con lugares públicos tan preciados como la Plaza Reina de Holanda y el Parque Mujeres Argentinas. Este último, uno de los espacios verdes más extensos de Buenos Aires (53 mil 700 m²), cuenta con más de mil árboles típicos de la región, que representan la unión de las mujeres con su tierra. A pocos kilómetros se encuentra la Plaza Eva Duarte de Perón, que conmemora, entre árboles y flores, la lucha de la primera dama por los derechos sociales y laborales de los argentinos.

En medio de monumentos, fuentes y edificios de estilo republicano, el barrio se transformó en uno de los lugares más apetecidos para deleitarse con los mejores platos de la gastronomía local e internacional. Los antiguos muelles del puerto de Buenos Aires, creados en la década del treinta, salieron del abandono y se convirtieron en restaurantes de lujo con las mejores panorámicas del río. De noche, el barrio se llena de luces de colores e invita a los turistas a celebrar por las mujeres. Los bares no se detienen,

Alejandra Watts

Con información de El Espectador.