La pizza tradicional napolitana tan solo tiene entre 540 y 570 calorías. Mezclada con un poco de ejercicio y frutas, ¡te sentirás mejor que nunca en tu vida!

Bordes crujientes, pasta de tomate, queso derretido y todos los toppings que puedas desear. Pizza, el paraíso gastronómico en la tierra. Muchas veces no la apreciamos como deberíamos, pero cuando nos falta se nos hace un hueco difícil de llenar.

La pizza en sí misma no es un problema, lo es cuando se abusa de la grasa y los dulces. El chef Pasquale Cozzolino lo sabe bien: siempre fue un hombre corpulento (metro noventa y ocho de altura y 115 kilos), pero sano. Sin embargo, cuando se trasladó a los EE.UU. desde Italia sus nuevos hábitos de alimentación, repleto de Oreo y refrescos, le hicieron engordar 168 kilos.

Aumentó tanto que ni siquiera podía cargar a su hijo y jugar con él en el parque. Tampoco encontraba ropa de su talla y los médicos le advirtieron que de seguir por el mismo camino tendría un alto riesgo de sufrir del corazón. “Tenía problemas de rodilla, problemas de espalda, tres úlceras en el estómago y los médicos me dijeron que en cualquier momento podía tener un ataque al corazón”, cuenta Cozzolino a ABC News.

La dieta «pizzera» perfecta

En medio de tan abrumador panorama, tomó la decisión de rebajar al mejor estilo italiano. En lugar de someterse a un régimen radical y restricitivo, elaboró un plan personalizado que consistía en almorzar todos los días una pizza de menos de 600 calorías. Ahora, en total consume dos mil 700 calorías que le permitieron rebajar sus kilos de más.

El único requisito: respetar los principios esenciales de la dieta mediterránea, es decir cocinar la pizza con ingredientes frescos y sin mantequilla ni manteca de cerdo.

Los toppings: salsa de tomate fresco, una fina capa de queso mozzarella y albahaca.

“La masa está elaborada con una harina de trigo italiana molida finamente (esencial para hacer la tradicional pizza napolitana), agua, sal marina y un agente de fermentación natural, que hemos dejado actuar durante 36 horas. Ahí está la clave”, revela Cozzolino. Durante la fermentación la levadura se come la mayor parte del azúcar dejando solamente los carbohidratos complejos, que ayudan a mantener la sensación de saciedad durante más tiempo.

Además, renunció a los dulces y a los refrescos. El resto del día solo come frutas, verduras y vegetales. También se permite una copa de vino al día, tal y como dicta la dieta mediterránea, calificada como la más saludable de todo el mundo.

Amanda Gómez

Con información de Yahoo.

Para combatir el sedentarismo y desestresarse, Cozzolini va a clases de kickboxing dos veces por semana.
Para combatir el sedentarismo y desestresarse, Cozzolino va a clases de kickboxing dos veces por semana.