Noel Sanvicente prepara dos equipos para los choques ante la selección de Bolivia y Ecuador

En el fútbol, al igual que en cualquier otro campo de nuestra vida cotidiana, se hace necesario luego de las derrotas sufridas, pasar la página. Pero no es un simple borrón y cuenta nueva. Hablamos de hacer los deberes, de analizar los errores y corregir el camino.

“El culpable soy yo”, dijo Noel Sanvicente en la última rueda de prensa, celebrada en el auditorio de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), con tono contundente y reflexivo: “Perder duele muchísimo, sobre todo cuando estás acostumbrado a ganar. Y en este país no hay nadie más ganador que yo”.

Las palabras de Chita no solo parecen contener autocrítica, sino que parecieran ser una táctica típica de los entrenadores, que busca liberar de presión a sus futbolistas. Especulaciones de lado, lo cierto es que la Vinotinto arrancó el camino hacia Rusia 2018 con dos derrotas. La primera, ante Paraguay, llegó tras un error puntual entre Vizcarrondo y Baroja; la segunda fue una total demostración de superioridad de Brasil. Así y todo, los fallos puntuales se volvieron a cometer.

Cada partido fue una historia distinta, guiones de suspenso y fallas imperdonables. Simplemente la selección nacional no se puede permitir en casa una pifia como la que se generó ante Paraguay. Y no es por defender ni atacar a la oncena criolla: es un asunto de honestidad.

El terreno tampoco ayudó. La lluvia que precedió el encuentro en Puerto Ordaz dejó el campo en muy mal estado. Éramos once contra once, sería una guerra en el fango. No es posible que nuestros muchachos jueguen así.

Estas situaciones tienen años produciéndose en los combinados nacionales. Responden, sin duda, también a un problema de competitividad: concentración e intensidad son conceptos claves de cara a enfrentar partidos internacionales. Conceptos que siempre le han costado a Venezuela.

Los próximos partidos de la Vinotinto serán frente a Bolivia, en La Paz; y frente a Ecuador, en Venezuela. Ya el cuerpo técnico anunció que hará una doble convocatoria: un grupo, conformado principalmente por futbolistas del ámbito local, se preparará para jugar en la altura; mientras que el otro se focalizará en vencer a Ecuador.

Las primeras consideraciones del cuerpo técnico deberían estar en encontrar soluciones a los errores puntuales. Chita declaró que muchos de los goles han llegado por situaciones que ya el cuerpo técnico había advertido, el problema, entonces, no radica en el análisis, sino en la comunicación y en la interpretación del mensaje: los futbolistas deben estar más alertas a las previsiones ordenadas en el camerino y no descuidar su concentración.

Asimismo, es importante que los jugadores empiecen a ver más minutos en sus clubes. La mayoría de los errores colectivos en defensa podrían solventarse si cada miembro del equipo sube su nivel; lamentablemente, hoy día, la mayoría no atraviesa un buen momento en sus respectivos equipos.

En las transiciones, tanto ofensivas como defensivas, Venezuela no se ha visto tan mal. La actitud de la selección tras la pérdida de balón demuestra qué todos saben qué hacer y cómo moverse; de este modo, el punto más flaco en esta faceta se ha visto en rendimientos individuales.

El ataque, por último, ofrece rendimientos de carácter bipolar. El modelo de juego que busca consolidar Sanvicente ha mostrado una evolución en las formas de arrancar las jugadas y en la manera de organizarse con la pelota en los primeros tres cuartos de cancha. El problema más grave se ha suscitado al momento de crear ocasiones de gol: Venezuela, al llegar al último tramo de la cancha, comete errores en la circulación del balón y en las decisiones que toman los futbolistas.

Lo vimos ante Brasil y sabemos que es parte de la tarea que deben hacer los muchachos en los próximos choques. Vamos contra un rival en teoría débil con dos dolorosas derrotas y luego frente a otro que viene inflado con sendos triunfos.

La ausencia de Juan Arango es notable en la medular, gran tarea para Sanvicente y sus pupilos.

En muchas ocasiones, se produce una redundancia de ocupación de espacios en el costado derecho e, igualmente, le cuesta mucho al equipo activar la banda contraria; es decir, Venezuela necesita aprender a trasladar la posesión desde el lado más poblado del campo al menos poblado, para generar profundidad.

Redacción El Sumario.