El Sumario – El Concejo Municipal de Santa Fe, en Argentina distinguió a Pilar Ponce de León de 11 años y a Rafael Alegre de 59 años pues la historia de su amistad demuestra que querer es poder, sin importar la edad ni la condición social.

Hace más de un año la niña, que cursa sexto grado, se convirtió en la maestra que le enseñó a leer a su vecino, quien no podía alimentar a sus animales porque no sabía lo que indicaban las etiquetas ni podía sacar el registro de conducir.

Todo comenzó un cuando se cruzó con Pilar en la vereda de su casa, Rafael se quejaba por unos papeles que no podía descifrar. «Justo pasaba Pilar y le pedí que me los leyera«, recuerda el hombre, pero la chica de 11 años le respondió con un desafío: «¿Quieres que te enseñe a leer?», le planteó.

«Ayer leí por primera vez un cartel yo solo, contó entusiasmado. Decía: prohibido pasar. Y como no estaba seguro de si lo estaba leyendo bien, le pregunté a una señora y me dijo que sí, que ahí decía eso.» La pequeña maestra confirmó lo que contó su alumno: «Lo discriminaban y para mí eso es algo feo. Entonces, justamente para que lo dejaran de discriminar, quería que él aprendiera a leer y tuviera con qué defenderse«.

Pilar comentó que su vecino padece mal de Chagas, lo que le impidió acceder a la escuela con los años: «Empezamos en abril del año pasado, pero después lo internaron. En enero retomamos las clases y aprendió a unir las palabras».

Rafael aseguró que la niña es exigente. «¡Ayer me hizo llenar dos hojas! Llega de la escuela, almuerza y a la hora de la siesta viene y nos ponemos a estudiar durante una hora más o menos. Me escribe una palabra y la tengo que sacar», detalló.

Ahora que ya empieza a leer solo, el deseo de aprender de Rafael es tal que no hay descanso ni sábados ni domingos.

Después de un año de esfuerzo y dedicación, Rafael ya comenzó a leer
Después de un año de esfuerzo y dedicación, Rafael ya comenzó a leer

 

 

 

 

 

 

 

 

Alejandra Watts

Con información de La Nación.

Fotografía interna Diario El Litoral.