Pereira de Abreu pasó de jugar voleibol masculino al femenino en los últimos cuatro años

El Sumario –  Tiffany Pereira de Abreu debutó el 10 de diciembre como jugadora de Bauru en la Superliga Brasileña de vóleibol y ese día logró dos hitos: se convirtió en la primera transgénero que disputa la competición femenina y también en ser la primera persona que participa de una liga top tanto en su modalidad masculina como femenina.

Tiffany cuenta con orgullo que es la primera jugadora en jugar en las versiones femeninas y masculinas -en la temporada 2007/2008 fue jugador de Foz de Iguzú- de un torneo de alto nivel, pero también aclara que prefiere no recordar su pasado como hombre, porque dice que desde niña supo que había algo que no encajaba con su cuerpo porque se sentía mujer. Incluso pide que no se cite su nombre masculino.

«Cuando tenía cinco años me di cuenta que había algo equivocado conmigo. En mi adolescencia, vi en una telenovela que uno de los protagonistas dejaba Brasil como un hombre para vivir en Francia y regresaba como una transgénero completa como yo», cuenta Tiffany en diálogo con dpa.

La jugadora creció en el interior de Brasil, en la ciudad de Goiania, y es la menor de siete hermanos criados por una madre costurera. Tiffany relata que su madre le preguntó muchas veces cuando era adolescente si era gay, pero nunca le respondió, porque cuenta que al no sentirse un hombre, ni siquiera lograba identificarse como homosexual.

«No me sentía gay porque no me veía como un hombre. Era algo que estaba más allá de lo que yo pensaba que mi madre y mi familia podían imaginarse. Como siempre supe quién era, no se lo contaba a todo el mundo, prefería guardármelo y solo se lo dije a unos pocos amigos», explica. Además, cuenta que su madre la aceptó sin problemas, ahora como hija.

Como jugador actuó en España, Holanda, Francia, Indonesia y Portugal. En 2013, después de ahorrar el dinero suficiente para la costosa cirugía de cambio de sexo y cuando la depresión por su crisis de identidad ya era muy profunda, dejó de jugar cuando defendía los colores del JTV Dero Zele-Berlare, de la primera división de Bélgica, y figuraba como el segundo goleador de la liga.

«No iba a jugar más al voleibol. Fue un caos en porque ellos –por los dirigentes y entrenadores de su equipo en Bélgica- no entendían mi decisión, pensaban que iba parar de la nada. La verdad estaba muy conflictuada y tenía una depresión muy fuerte. No podía más convivir con la persona que era», relata.

Así comenzó, primero, un tratamiento hormonal en Holanda, hasta llegar a realizarse las cirugías de cambio de sexo en España, donde contó con el apoyo de otras amigas trans. «Es un proceso que no termina nunca, no existe un final», aclara la jugadora, que añade que «voy a hacerme más operaciones para quedar cada vez más femenina».

Después de ello, vino el camino legal para obtener sus documentos como mujer. Igualmente tuvo que demostrar que encajaba en las exigencias del Comité Olímpico Internacional (COI) para ser autorizada a competir entre mujeres: declarar un género y en el caso de transgénero femeninos, mantener el nivel de testosterona debajo de 10 nmol/L desde un año antes de la primera competición.

Desde el año pasado, el COI no exige más cirugías de cambio de sexo completo. Como la jugadora de Bauru cumplía estas exigencias, la Federación Internacional de Vóleibol (FIVB) la autorizó a jugar.

Tras su primer encuentro como atleta profesional femenino, la jugadora Tiffany conserva características del jugador que disputaba certámenes masculinos, ya que como atleta femenina también se destaca por su fuerte juego ofensivo.

Los tres partidos que disputó desde su debut le fueron suficientes para ya ubicarse entre las tres jugadoras que más puntos promedian en la competición.

Pero así como llegaron las buenas actuaciones como mujer, también aparecieron los cuestionamientos. Una ex jugadora de la selección brasileña, e incluso hasta los médicos que la autorizaron a jugar en la Superliga, cuestionan si Tifanny debería jugar con mujeres.

La atleta prefiere evitar las polémicas: «no le doy importancia a las críticas porque estoy dentro de la ley. Si las reglas cambian, dejo de jugar. Quien habla mal es quien no quiere respetar la ley».

«Tiffany jugadora es una mujer fuerte como cualquier otra. Perdí casi toda la fuerza que tenía. Quien me vio jugar antes y ahora me dice que cambió mi forma de jugar. Perdí velocidad, fuerza en las piernas y potencia para rematar. Piensas que puedes hacer todo como antes, pero ya no lo logras. Hay que adaptarse al nuevo estilo de juego. Ya no podría jugar con hombres. Si como varón hacía muchos puntos, como mujer también», añadió.

La jugadora cuenta que ya alcanzó hasta ahora todas las metas que se puso desde el día que decidió comenzar la transición de sexo: primero, y antes que nada, ser reconocida como mujer y después ser jugadora. Por eso sorprende que no tenga como su próximo objetivo jugar en la selección brasileña.

«Siempre mi próxima meta es ser feliz y tampoco quiero jugar muchos años más al voleibol. Quiero volver a Bélgica cuando me retire porque allá dejé muchas personas que amo y porque me identifico con el país. Quiero jugar en la selección como toda jugadora, pero que lo sea por mi nivel, no por ser la primera transexual a jugar en ese nivel tan alto», finalizó.

Por Leonel Plügel dpa

Redacción El Sumario / @El_Sumario

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