Cuando el camino prefijado y el diploma universitario ya están hechos, ¿qué pasa? Muchos supondrían que es un gran momento, donde todas las posibilidades están abiertas. Pero para otros es una gran crisis que les ocurre entre los 25 y los 30 años.

Dos escritoras estadounidenses crearon el término «quarterlife crisis», algo así como la crisis que puede sobrevenir en la postadolescencia. Si bien el libro data de 2001, la problemática sigue vigente. Las nuevas generaciones están muy enfocadas al rendimiento y los aportes tecnológicos, pero también son portadoras de grandes inseguridades y suelen ser, en muchos casos, autorreferenciales: no pueden ver más allá de sí mismos.

A mediados de los veinte años, muchos están demasiado preocupados sobre cómo organizar sus vidas. La optimización de sus capacidades se plantea como uno de los grandes temas y todos cargan con la responsabilidad de ser artífices de su felicidad o de su fracaso. Esto lleva a que mucha gente joven sienta miedo y no se atreva a tomar decisiones por temor a dar un paso en falso.

El tormento parece afectar en particular a los jóvenes que han estudiado en la universidad, ya que, a diferencia de quienes se forman en un oficio, no tienen el camino claramente diagramado. Y esto también lleva a que la conformación de una familia se vea tal vez más postergada entre quienes tienen una profesión tras un estudio universitario, que de por sí requiere de más tiempo de formación.

Cómo superarla

En las oficinas de asesoramiento psicológico de muchas universidades el principal tema de conversación suele ser el intento de adaptar los deseos desmedidos y no tan realistas a lo que son las opciones prácticas a evaluar.

Las crisis forman justamente parte de esa «realidad», ya que son casi instrínsecas de los procesos evolutivos. Para muchos estudiantes o graduados, es una perspectiva que les cambia el modo de ver la problemática que enfrentan.

Una de los posibles acercamientos a la próxima etapa es conversar con personas que trabajen en el área para la que uno se ha formado, buscar profesionales que aporten sus conocimientos y experiencias y hacerles todas las preguntas que vengan en mente. Puede ser una gran ayuda a la hora de sopesar caminos y diferenciar posibilidades.

Un estudio de la Universidad de Greenwich llegó a la conclusión de que, en retrospectiva, muchos de los afectados evalúa la «quarterlife-crisis» de un modo positivo porque puso a rodar cambios que con el tiempo fueron buenos.

AG

Con información de dpa.

Fotografía Andrea Warnecke / dpa-tmn.