Kick ass es un film estadounidense en el que un joven decide disfrazarse de superhéroe para combatir el crimen. Hasta ahí, el argumento podría ser el tan usado por diferentes cadenas de cómics; sin embargo, el protagonista de la película –que está basada en un cómic del mismo nombre– no tiene ningún tipo de súper poder. Ni siquiera está entrenado en lucha o algún arte marcial. Nada. Simplemente es un adolescente que decide ayudar a los demás, dentro de sus posibilidades, vistiéndose como un personaje de historietas.

Pues bien, la línea que divide a la ficción y a la realidad es verdaderamente difusa. Acaso, como reza el axioma, la realidad supera a la ficción y ofrece perspectivas que ni el más creativo de los artistas podría pensar o aceptar. En este caso, un joven inglés de 20 años recrea la historia de Kick ass pero con un argumento más humano y mediante un disfraz más conocido: su única misión es alimentar a los vagabundos de Birmingham (Inglaterra) mientras viste de Spiderman.

«He aprendido que todo el mundo es igual, todos somos parte de la misma experiencia humana y… yo solo creo que tenemos que mirarnos y ayudarnos como si fuésemos amigos», explica el muchacho que, al igual que en la mayoría de las historias de superhéroes, lleva una doble identidad: de día es un mesonero que trabaja para, en la noche, poder comprarle comida a los vagabundos.

Pero, ¿qué araña radioactiva lo picó para que se le ocurriera semejante parodia?: «Antes, cuando repartía comida sin disfraz, nadie perdía un minuto en mirarme, pero cuando ven a Spiderman se acercan y preguntan, se interesan. Y eso es lo importante, que se sientan inspirados».

El Peter Parker inglés, que usa el metro y se saca fotos con lugareños, no tendrá súper poderes, pero sí una maña típica de los superhéroes: no revela su verdadera identidad.

LS

Con información de Sonrie al día.