El primero alcanzó la inmortalidad publicando obra tras obra, el segundo trascendió solo con un libro. Se cumples 400 años de su muerte

El SumarioWilliam Shakespeare y Miguel de Cervantes, dos de los más grandes autores de la literatura universal, están de aniversario, pues se cumplen 400 años de sus muertes.

El mundo debe la existencia de Don Quijote de la Macha a un revés que sufrió su autor. Miguel de Cervantes quería ser famoso como autor de obras de teatro, pero no pudo hacer mucho frente a la competencia de su contemporáneo Lope de Vega, cuyas piezas eran mucho mejor recibidas por el público madrileño. Y así surgió el personaje de Don Quijote, el «Caballero de la Triste Figura» que recorre Castilla en busca de aventuras, acompañado de su bajito escudero Sancho Panza.

La obra se Cervantes se convirtió en un bestseller de la época poco después de su publicación en 1605 y se tradujo al francés y al inglés. La enorme popularidad impulsó al autor a escribir una segunda parte poco antes de su muerte.

Don Quijote de la Mancha está considerada la primera novela moderna y bastó para que Cervantes sea considerado aún hoy entre los grandes genios de la literatura.

Shakespeare: un genio incontenible

A diferencia de Cervantes, William Shakespeare dejó al mundo una gran cantidad de obras, como Romeo y Julieta, Hamlet, Otelo, Macbeth o El sueño de una noche de verano. Y muchas de las frases de sus piezas –esto sí como sucedió con las de Don Quijote– se convirtieron en refranes.

La inmortalidad de la obra de Shakespeare resulta llamativa: ¿habrá algún otro autor que haya servido tantas veces de inspiración? Sus textos han sido versionados decenas de veces: en teatro, cine y libros.

Aunque los dos escritores murieron hace 400 años, no es cierto como se suele creer que lo hicieran el mismo día, el 23 de abril de 1616. Según los últimos estudios, Cervantes falleció un día antes, el 22; Shakespeare sí murió el 23 de abril, no obstante, en España era tres de mayo, debido a que los españoles ya usaban el calendario gregoriano, mientras que los británicos seguían apegados a el juliano. Así que, en realidad, hubo 11 días de separación entre ambas pérdidas.

Samuel Bello

Con información de dpa.

Fotografía REUTERS/Dylan Martinez.