Artículo en El Sumario

El Sumario – La sexualidad va mucho más allá del placer genital, de hecho, el placer genital muchas veces se ve mermado y hasta bloqueado por completo cuando hay problemas emocionales, afectivos, psicológicos y evidentemente, más aún, cuando estos problemas se manifiestan y transforman en somatizaciones.

Desde el vaginismo en las mujeres como resultado de la incapacidad emocional de relajarse y disfrutar de un encuentro íntimo hasta la disfusión eréctil en el hombre, que siente que no tiene o que ha perdido su poder como proveedor (o patriarca), como soporte o como portador de aquello que lo empodera simbólicamente. Digamos que esa incapacidad de levantar la cabeza, en términos emocionales y se entiende como orgullo, tiene su equivalente físico el cual es notorio y evidente.

Sin embargo, al momento de la intimidad hay muchas cosas en juego que se encuentran y colindan en un solo espacio y tiempo. Las creencias individuales, los referentes morales, lo que te dijeron que se debía ser y hacer en esos momentos y lo que no. Además, todos esos amigos y amigas bien intencionados que te dan consejos e incluso alardean sobre lo que ellos hacen. Aquí contamos un pequeño y gran secreto, no todos hacen lo que dicen; de hecho está bastante comprobado que más del 78%  de las personas exageran en sus historias de intimidad, para ser aceptados y quedar bien ante los ojos de los demás.

A fin de cuentas, la intimidad cada vez más deja de ser un hecho íntimo entre dos personas y ha pasado a ser más un hecho público, y compartido, en el cual la sociedad tiene una posición fijada con respecto al deber ser y al desempeño. Son entonces, esas imágenes y referencias las que harán que una mujer que se sienta incapaz de cumplir a cabalidad su rol de mujer ya sea como amante, como pareja o como madre en consecuencia pueda terminar somatizando y desarrollando un cáncer de cuello uterino o cáncer de mamas. En el caso de los hombres y su asumida incompetencia en cumplir su rol de hombre, desde esos referentes, lo puede llevar a desarrollar un cáncer de próstata. Claro, todos estos son casos extremos, más sin embargo, ocurren con muchísima frecuencia.

Contradicciones que no ayudan

Pero, si nos quedamos sólo en el tema sexual y nos vamos a ciertas profundidades de la dinámica de pareja, nos encontramos contradicciones en las expectativas de desarrollo y performance. Me explico, es muy común que se espere o desee que las mujeres sean vírgenes y que los hombres sean expertos en el tema. Refiriéndome a los procesos de iniciación durante la adolescencia y la primera década de las prácticas sexuales.

Eso deja ver un claro gap ¿Cómo hace un hombre para ser experto en la práctica sexual sin una mujer? Entonces, esa sociedad machista y paradójica empuja al hombre a practicar con otros hombres o con mujeres no vírgenes las cuales si son expertas son tildadas de prostitutas o en efecto lo son, en algunos casos.

Esto nos lleva a su vez al tema de la estigmatización o de ser señalado, por lo cual, ese hombre o mujer que se sienta y viva estigmatizada es muy posible que la mejor forma de llevar su culpa le debilite el sistema inmune y entonces termine como un portador del VPH, o peor aún incluso, si esa culpa viene con señalamientos sociales frecuentes, puede llegar a exponerse y contagiarse de un HIV que finalmente lo llevará a desarrollar SIDA.

Pero, por otro lado, si lo que ocurre es que la persona experimenta la necesidad de vivir pequeños castigos simbólicos, debe expiar sus culpas, está lleno de incertidumbres, se vive con problemas o incapacidades a la hora de poner límites de manera efectiva; entonces es más frecuente encontrar personas que sufran de sífilis o clamidia.

Amor pleno, pasión plena

Por otro lado, y en total oposición encontraremos la gente, las parejas que se encuentran desde el amor o desde la franca y sincera pasión carnal, los cuales se permiten ir al encuentro amatorio plenamente, quiero decir con los cinco sentidos, todos sus afectos y sin prejuicios. Entonces, encuentras parejas cuya sexualidad no sólo es altamente placentera y satisfactoria, sino que ese encuentro incluye orgasmos plenos y reales y no teatralizados. Siendo el orgasmo el mayor símbolo de entrega ya que en ese momento, por esos segundo se pierde completamente el control y se está a la merced, el cuidado y el cariño del otro.

Estas parejas se cortejan, aman sin prisa y comienza a hacer el amor mucho antes de ir a la cama, comienzan con el perfume y la ropa que se ponen para gustar, siguen con la comida y un lugar a media luz, seducen, ofrecen y se entregan… pero poco a poco y sin prisa, hacen el amor con cada contacto sincero. Saben que el encuentro ocurrirá pero sobre todo saben que el sexo va mucho más allá de la simple y llana penetración. Claro, hay días que estas parejas están colmadas de deseo y no aguantan flirteos ni juegos y necesitan un rapidito, necesitan un orgasmo explosivo ya, y saben que eso también es válido; pero no es la excepción de la regla.

Esta forma de amar no sólo es la más plena y placentera, sino que además es la más sana ya que los sistemas inmunes de las personas que aman así funcionan muy bien. La plenitud es salud y eso se logra con una buena y sana comunicación en la cual cada cual puede decir lo que le gusta, lo que no y cómo le gusta, lo cual permite que se de esa tan añorada entrega.

Gabriel Roar

 

Gabriel Roar, Comunicador especializado en Bioenergética

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