Abanderado de la defensa de la libertad de expresión, el indobritánico Salman Rushdie regresa al terreno de la fantasía con Dos años, ocho meses y veintiocho noches, una suerte de fábula con grandes dosis de humor en la que aborda un tema recurrente en su trayectoria y de gran actualidad: el conflicto entre la razón y la fe.

Rushdie (Bombay, 1947), que este martes recibirá en Madrid la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes, confesó en la presentación a los medios que se trata de una novela «muy loca». Puede incluso que sea su libro «más divertido», o eso afirman las críticas que le han ido llegando, y apuntó que si tuviera que definirlo como una comedia, desde luego sería una «comedia negra».

Eterno candidato al Nobel de Literatura, Rushdie juega con la historia y el folklore, la mitología y la tradición oriental, en esta novela que avanza como una sucesión de cuentos para adultos. Y es que tras Joseph Anton. Memorias del tiempo de la fatua, centrada en los años que siguieron al escritor tras la publicación de Los versos satánicos –libro que le valió el desprecio del mundo islámico y la instauración de una intensa polémica en Europa. Todavía hoy una organización iraní pide la cabeza del autor por tres millones de euros–, afirma que necesitaba volver a la fantasía. «Jamás pensé que escribiría una autobiografía, aunque me alegro mucho de haberlo hecho», declaró. «Pero la ficción es el barrio donde me gusta vivir».

Acostumbrado a que le pregunten sobre temas espinosos, hablando de religión era casi inevitable que saliera el Papa Francisco. «¿Se me permite no tener opinión?», preguntó pícaro. «En serio, no sé qué creo, pero no creo que sea tan progresista como la gente dice», declaró apuntando a la reciente expulsión de un prelado del Vaticano por declarar abiertamente su homosexualidad. Aunque sí lo es «en uno o dos temas muy importantes, como el cambio climático», concedió. Pero su posición es clara: «Por suerte, no necesito mirar al Papa para tener una guía moral. Así que no lo hago».

LS

Con información de dpa.