En vacaciones suele aumentar la higiene personal debido al calor, sin embargo algunos hábitos hacen más daño que bien

Durante las vacaciones solemos ir a lugares más calurosos como la playa, por lo que nuestra piel pasa por cambios. Se «tiende a una mayor transpiración ya que la sudoración es un mecanismo de defensa de nuestro organismo que permite refrescar la temperatura corporal y mantener la temperatura del cuerpo», explica Mercedes Abarquero, responsable científica de Vichy.

«Este incremento de la secreción suele llevar asociado un aumento de la higiene que, junto con las inmersiones prolongadas en el agua (piscinas, mar, entre otros) pueden alterar el film hidrolipídico y la función de barrera de la piel, que impide que estas sustancias accedan al interor generando alteraciones», agrega.

El exceso de limpieza y hábitos incorrectos generan tirantez, picor o enrojecimiento, por lo que se debe tener una rutina adecuada que cuide de la salud de nuestra piel. La doctora Begoña Escutia recomiende la limpieza rutinaria «con aguas micelares o texturas en espuma o gel que incluyan en su composición activos seborreguladores».

Otra de las opciones para eliminar cualquier resto de protector u otra partículas es la llamada doble limpieza. Un gesto de origen asiático que consta de dos pasos: «Primero, se retiran las impurezas oleosas con un limpiador en leche, aceite o crema. Luego, las acuosas y células muertas con agua o una fórmula en gel o espuma», dice la doctora María Rosa García Maroto, directora de Medicina Estética y Plataforma Láser de la Clínica de la Fuente.

AG

Con información de Glamour.

Fotografía Gettyimages.