El fotógrafo Isaac Fernández junto a seis amigos se aventuró durante cuatro días para capturar la esencia del pico más alto de la Cordillera de la Costa

El Sumario – El Pico Naiguatá es el más alto de toda la Cordillera de la Costa con 2.765 msnm y además uno de los lugares más hermosos en El Ávila, favorito de muchos artistas cuyos alrededores inspiran a mostrar la belleza de la montaña más representativa de la Capital.

Fue esto precisamente lo que llevó a Isaac Fernández, fotógrafo de 18 años formado en Foto Arte y estudiante de la Escuela de Estudios Internacionales en la UCV, a realizar una sesión que en sus palabras «fue indescriptible». El joven, que creció rodeado de fotos de atardeceres mirandinos tomadas por su madre, hizo de su afición por las fotos un «escape de lo cotidiano«.

Fernández asegura que si hubo algo que pensó al momento en el que le extendieron la invitación a la travesía, es que todos los viajes terminan siendo un aprendizaje, motivo por el cual metió ropa, protector solar, sus artículos personales y lo más importante, su cámara, trípode y pilas e inició el recorrido con la expectativa de quien nunca ha llegado al pico.

El inicio de la exploración. Una parada en el mirador.

Un camino complicado

«El pico es y a la vez no, para cualquier persona. Es un lujo a poco costo para los que habitan en Caracas, sin embargo, el camino es sumamente desgastante, debido a que si no tienes experiencia o no has entrenado antes, el clima, la altura y algunas zonas complicadas hacen que no sea fácil», dice el fotógrafo al tiempo que señala que cuando cae la noche, la luna es el único soporte además de la escasa luz de las linternas, algo que hace de los caminos estrechos y húmedos «un recorrido tétrico que pareciera nunca fuese a terminarse». «Para la persona que va la primera vez es una locura total«, agrega.

Con bolsos que pesaban entre 15 y 20 kilos y contenían comida, sábanas, artículos personales y una cocina casera que funcionaba con alcohol de quemar, él junto a otros 6 amigos, se armaron de valor y subiendo desde las cuatro pm por La Julia, decidieron continuar para ahorrar tiempo al día siguiente, deteniéndose ocho horas después en la Explanada, un sitio conocido por ser ideal para descansar y continuar su exploración en la mañana siguiente.

Una llegada majestuosa

Dos de los caminantes de la travesía.

«El principio es lo más motivador, porque crees que vas a llegar rápido, sobre todo cuando vas por primera vez», señala el joven que cuenta que el amanecer en la Explanada les dio fuerzas para continuar, y desde ahí fueron 5 horas más para alcanzar el pico Naiguatá, donde a pesar de que encontraron una entrada complicada, todo «fue fantástico» porque «mirar alrededor era simplemente maravilloso».

A pesar de que Isaac había sacado su cámara desde el mirador después de La Julia, fue en el momento que pisó el pico como tal en el que se dio cuenta de que el trajín de subida y el esfuerzo había valido la pena. Se aprovechó de las rutas, el clima, la neblina y los alrededores para empezar a capturar la esencia del lugar que estaba visitando y el que afirma «todos deberían visitar siquiera una vez».

Usando a sus compañeros de viaje de modelos, fotografió la vista y los maravillosos escenarios, esperó las horas adecuadas e incluso perdió su parasol debido al fuerte viento del lugar.

 

 

La magia de contemplar a través del lente

Isaac retratado por uno de sus acompañantes.

«Muchos llegan al lugar y una vez caída la noche, van a dormir. Me quedé, vi las estrellas y pensé en que el viaje había valido doblemente la pena por esto. Fotografié a la luz de la luna y el resultado fue maravilloso» (…) «Para cualquier aficionado o profesional de la fotografía, el lugar tiene los escenarios ideales para retratar a contraluz o como se prefiera, recomiendo subir a la cruz al amanecer y luego de las cuatro de la tarde si el cielo está despejado. Los colores son impresionantes» asegura.

En definitiva, el joven afirma que aunque la travesía parece fuerte al principio y consume, voltear y ver Caracas en la lejanía, rodeada de magia da más y más fuerzas. Cuando le preguntamos si volvería a subir, respondió «Sí, sin duda lo haría, ahora que sé lo que puedo capturar, vale la pena el esfuerzo» (…) «Fue todo un aprendizaje«.

Puedes seguir a Isaac en sus redes sociales. Tiene una cuenta de Instagram dedicada únicamente a sus trabajos fotográficos. Estará posteando parte de la galería presentada y aquí y algunas otras capturas.

 

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Ninoska Moncada / @ninoskamci