El Sumario - El espacio se ha convertido en un lugar de encuentro de moda y el Museo Garage atrae a los amantes del arte moderno internacional

«Sigo el Moscova hasta el parque Gorki escuchando vientos de cambio»: así comienza la canción «Wind of change» de los Scorpions, que en 1990 celebraban así al final de la Guerra Fría y de paso inmortalizaron el parque de Moscú, que este domingo celebra 90 años de su apertura.

Situado en el corazón de la capital rusa, de 12 millones de habitantes, el parque vivió en los últimos años sus propios vientos de cambio y desde entonces se ha convertido casi en un santuario para los moscovitas, sobre todo los fines de semana.

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Las zonas verdes escasean en el centro de Moscú y el propio parque está limitado por una carretera de varios carriles y por el macizo edificio soviético del Ministerio de Defensa. Fue inaugurado el 12 de agosto de 1928 para el disfrute del pueblo y poco después se le dio el nombre del escritor soviético Maxim Gorki. Desde entonces lo disfrutan hasta 26 millones de personas al año.

Pero este «parque cultural y de recreo» de 1,2 kilómetros cuadrados no fue creado en realidad para ser un pulmón verde en una ciudad plagada de atascos. En tiempos del dictador Josef Stalin era un concurrido lugar socialista. En 1955 se construyó una enorme puerta de acceso que recuerda a la Puerta de Brandeburgo de Berlín. Y en los años 90 resultaba bastante difícil descansar en el Gorki, con música alta, ruido y anticuado tren fantasma dominando el panorama.

Foto: Emile Ducke/dpa

Pero en los últimos años el parque vivió una metamorfosis, explica a dpa su directora, Marina Liultshuk. En 2012 se limpió de óxido y el alcalde Serguei Sobianin, recién llegado al cargo, impulsó su rehabilitación.

Hoy hay wifi gratis y se ven enormes cojines sobre la hierba y eventos deportivos. El parque se ha convertido en un lugar de encuentro de moda y el Museo Garage atrae a los amantes del arte moderno internacional.

«Ahora todo es moderno pero también trabajamos para que no se pierda el encanto», cuenta Liultshuk. Se han conservado los viejos edificios y una pista para bailar a la orilla del río. El agua que sale de las fuentes de varios metros baila en ocasiones siguiendo ritmos soviéticos procedentes de altavoces. Los cruces de caminos están adornados con monumentos y los puestos de helado ofrecen el típico «plombir» socialista.

«Decidimos que el parque no debía volverse demasiado comercial», señala su directora. «Limpio y agradable, esa es nuestra máxima». Los responsables del parque quieren trasladar una imagen moderna sin dejar a un lado la historia. «Eso es lo que hace único al parque».

En realidad la modernización del parque era sólo el punto de partida para unos trabajos de renovación en toda la ciudad que no se han implementado por completo. Sobianin prometió cientos de kilómetros de carril bici pero sólo se han construido unos pocos. Sin embargo, en 2017 se destinaron millones al proyecto estrella del Kremlin, el idílico y moderno parque Zariadie, cerca de la Plaza Roja.

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Dentro de un mes se celebran elecciones a la alcaldía de Moscú. Sobianin, que quiere revalidar el cargo, tiene el apoyo del presidente, Vladimir Putin. «Hoy vemos que Moscú marca tendencia en calidad y en confort. La ciudad marca estándares para el desarrollo de metrópolis modernas», dijo recientemente Putin.

También por eso el parque renovado por Sobianin celebrará su 90 aniversario con un gran festival de varios días que incluye un desfile y una exposición. El parque Gorki se ha convertido en un lugar moderno de encuentro y diversión pero también es escenario de la política con mayúsculas.

Por Claudia Thaler (dpa)

Con información de dpa

Foto: Emile Ducke/dpa

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