La versatilidad de las baterías se evidencia en los diferentes tamaños y formas. Su función es suministrar energía a los aparatos eléctricos de uso doméstico, juguetes y diversas herramientas, pero a veces se nos olvida que las pilas siguen funcionando aunque no las usemos.

La fundación medioambiental Ecopilas publicó un estudio en el que asegura que el 75% de los materiales de las baterías domésticas se reciclan, sobre todo aquellas que son más comunes como las alcalinas/salinas, utilizadas en aparatos de bajo consumo como radios portátiles, linternas y juguetes.

Según Recypilas, gestor colaborador de Ecopilas, una pila alcalina cargada se compone, aproximadamente, de un 30-45% de dióxido de manganeso, 20-25% de hierro, 10-25% de zinc, 6-10% de agua, 4-8% de electrolito y un 10% de grafito, plásticos, papeles y otros materiales.

Durante su uso se producen reacciones químicas que hacen que algunas sustancias originales se transformen, principalmente el óxido de zinc y de manganeso, mientras que otras, como el hierro, el grafito o el agua, no cambian.

De acuerdo a lo que publica Ecopilas, el porcentaje de aprovechamiento de la materia prima de estos objetos oscila entre un 55% y 75%, sin embargo, depende del grado de humedad de las pilas, el nivel de agotamiento, su deterioro y los porcentajes entre alcalinas y salinas que se traten.

Los materiales recuperados en mayor cantidad son el hierro y el zinc, que regresan al mercado para su utilización en la industria metalúrgica. También se recuperan, en menor medida, aleaciones de metales que se envían a fundaciones para la fabricación de diferentes productos.

DS

Con información de Noticias Positivas.

Fotografía Gettyimages.