Rubén Aguirre, interpreto muchos personajes en su trayectoria de cine, televisión, y circo, aunque era ingeniero agrónomo su amor era el arte

El Sumario – Rubén Aguirre, nacido el 15 de junio de 1934, en el barrio de Santa Anita de la ciudad norteña de Saltillo (Coahuila). Empezó haciendo televisión en Monterrey, de donde emigró tempranamente a la Ciudad de México, traído por el productor cubano Sergio Peña y su esposa Kippy Casado. Su último lugar de residencia fue en Puerto Vallarta, Jalisco. Obtuvo el título de ingeniero agrónomo en la Escuela Superior de Agricultura Hermanos Escobar (ESAHE) en Ciudad Juárez, Chihuahua.

En su trayectoria como actor le dio vida a varios personajes que quedarán en la memoria de muchos, tales como:

  • 1970-1971. Los Supergenios de la Mesa Cuadrada: El Profesor Jirafales.
  • 1970-1971. Chespirito: El Profesor Jirafales, Lucas Tañeda.
  • 1971-1980. El Chavo del Ocho: El Profesor Jirafales.
  • 1973-1979. El Chapulín Colorado: Rufino Rufián, El Matoncísimo Kid.
  • 1979. La Chicharra: Don Lino Tapia.
  • 1980-1995. Chespirito: El Profesor Jirafales, Lucas Tañeda, Sargento Refugio, Don Lino Tapia.
  • 1998-1999. Soñadoras: Don Albertano Dueñas.

Nunca le dio trabajo interpretar a su icónico personaje de El Profesor Jirafales, según contaba, porque era como él: vanidoso, cursi, romántico y soñador. Durante dos décadas representó al soñador Jirafales en la televisión y durante muchos años más lo llevó al circo, y aunque actuó también en otros programas de humor y en cine, siguió siendo su papel más emblemático.

En el mundo del cine Aguirre interpretó personajes diversos, como lo fueron:

  • 1974. Santo y Blue Demon contra el Doctor Frankenstein: Dr. Genaro Molina
  • 1978. El Chanfle: Sr. Matute
  • 1980. Sabor a Sangre: Sacerdote
  • 1983. Don Ratón y Don Ratero: Rufino Rufián
  • 1984. Charrito: Director
  • 1992. El Chivo: Padre Correa

En El Chavo del Ocho, una serie de televisión que empezó a emitirse en 1971, Aguirre, con su 1,95 metros de altura, era el entrañable profesor que cortejaba a Doña Florinda, con su singular ramo de rosas, su sombrero y su tabaco.

Llegaba siempre al melodía a la vecindad y los sumía en un embobamiento que acababa siempre cuando ella lo invitaba a tomar una tacita de café y se decían “pase usted“, “después de usted“. Una de las frases más famosas de su personaje era “Tá, tá, tá, ¡tá!” cuando se enojaba.

María Cordero

Con información de DOBLE LLAVE