Foto: Ariadna García

El Sumario – Caracas sorprende con verdaderos tesoros cuando menos te lo esperas; descubrir la ciudad es un viaje que inicia sin destino fijo, pero que cuando lo encuentras, ya no quieres el ticket de regreso y ese es el caso del Mercadito Los Palos Grandes: un paraíso lleno de exquisiteces terrenales que te harán alucinar.

Desde que sales de la estación Miranda, caminas pocas cuadras hasta el Wendy’s que queda subiendo por Parque Cristal y encuentras los toldos amarillos que esconden artesanías y frutas deliciosas, entre muchas otras rarezas que más adelante te sorprenderán.

El ambiente es cálido, parece una fiesta de colores y sabores, la gente se dispone a hacer las compras del fin de semana y es común verla con flores en mano, una cajita de fresas o gran ramo de cebollín.

Las cachapas con queso de este mercado tienen fama internacional y la cola para degustarlas es larguísima, a un costado ofrecen varias mesas con manteles de colores donde los comensales pueden sentarse con gusto a saborear ese plato típico de la gastronomía venezolana que una vez servido comienza a desprender un olor cautivador y mucho queso blanco derretido.

Si continúas subiendo conseguirás tarantines con jabones artesanales cubiertos por frutos secos y especias endulzantes, al lado también está la manicería con almendras, granolas, nueces, entre otras, o un el puesto con panes andinos y chocolate caliente vendidos por un señor con pinta de portugués.

El recorrido se vuelve paradisíaco, las fresas y los arándanos son tan frescos y tan vivos que sus rojos y morados atrapan toda tu atención por varios minutos, las legumbres y hortalizas también están fresquitas y a buenos precios.

Da otros pasos hasta llegar hasta al Kiosko de Rosita, este es atendido por tres mujeres amables que por su trato demuestran que hacen todo con el mayor de los esmeros. Aquí hallarás empanaditas horneadas de vegetales salteados, berenjenas, cazón, pollo o las carabinas, una especie de tamal autóctono del estado Trujillo, relleno con caraotas, carne o pollo, bañado con queso blanco y un aderezo que amarás.

Estos platos los puedes acompañar con un café con leche, o de tu preferencia, y unas bebidas que sin lugar a dudas no son de este planeta, estas son: mojito, rubí o frutos rojos. Los precios son bastante accesibles y tienen punto de venta, sin duda, no deje de hacer una parada aquí porque su paladar y su estómago estarán gratamente complacidos.

Al lado de encuentras a Arepa Pelá, quienes ofrecen la tradicional redondita de la cocina criolla envuelta en unas delicadas servilletas color beige y rellenas con las más atrevidas combinaciones. Si subes un poco más te toparás con Julietas Pies, un emprendimiento familiar que endulza los paladares de los citadinos con exquisitas tartas rellenas de ruibarbo, ciruelas con cardamomo o de manzana verde con nueces, entre muchos otros.

Puesticos con artesanías, delantales que dicen “Venezuela”, flores traídas de Galipán, quesos blancos, tortas enormes de casabe y miel de abeja, son otros de los tantos productos que puedes adquirir en este mercado abierto al público todos los sábados desde el 2004.

El horario es de siete de la mañana a una de la tarde, recomiendo ir durante las primeras horas dado a que a las 10 de la mañana es probable que ya no encuentres carabinas.

Encontrar estas maravillas en la ciudad capital no requiere de mucha destreza, solo debes comprar un ticket de Metro, caminar y estar atento a las recomendaciones que te traeremos cada domingo, que de seguro te harán descubrir y reconciliarte con una Caracas distinta.

Fotos y texto Ariadna García / @Ariadnalimon