Vivir en la calle se aleja, en la mayoría de los casos, de la paz, el silencio y la tranquilidad que necesita cualquier ser humano. Por ello, algunos vagabundos ven en las bibliotecas públicas un escape a la severa supervivencia que se les asoma en las avenidas de la ciudad.

En las instalaciones de las bibliotecas, todos, sin excepción, somos lectores. La realidad señala que hay más de un motivo por el que la gente visita estos lugares donde, por lo general, reina el silencio.

Tal parece indicar que los indigentes consumen todo tipo de textos, ya sea para olvidar la inclemencia de las calles, para tomar otras perspectivas del mundo o simplemente para disfrutar de la calma y el reposo.

A pesar de la principal utilidad que brindan estos espacios, no es una falacia que muchos de los que no tienen casa visitan las bibliotecas para refugiarse de la lluvia o simplemente para gozar de la comodidad que brindan.

DS

Con información de PijamaSurf

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