El Sumario – ¿Qué son capaces de hacer los padres por sus hijos? La respuesta parece obvia, cualquier cosa. Sin embargo, las consecuencias de una crianza desequilibrada suelen perdurar para toda la vida. Tal es el caso de la sobreprotección, definida por la literatura especializada como el exceso de cuidados que se le ofrece a alguien, sin permitirle demostrar sus múltiples capacidades y mucho menos desarrollarse con independencia y madurez.

El psicólogo Libardo Carvajal asegura que la sobreprotección priva a los niños de “experiencias difíciles, sin tomar en cuenta que causa graves daños como la incapacidad, ignorancia y desconocimiento de cómo enfrentar dificultades en la vida”. Lo que anula el “desarrollo y crecimiento del sobreprotegido” debido a que se le crea una dependencia total hacia otra persona.

De acuerdo al especialista, la causa de la sobreprotección varía según el caso, algunos corresponden inseguridad, traumas o experiencias negativas del pasado. No obstante, estudios señalan que una persona se vuelve sobreprotector para satisfacer su deseo de mantener el control y el dominio.

Carvajal explica que la sobreprotección “no ocurre para el beneficio de la otra persona, el sobreprotector busca calmar sus miedos a través del control, porque es un ser dominante”.

Por ello, la sobreprotección usa como arma principal el miedo, “pero no el miedo del sobreprotegido sino el del padre. Lo que lo lleva a infundir pánico a los pequeños sobre las cosas que ellos teman” agregó el doctor.

Asimismo, el especialista comenta que los padres o sujetos sobreprotectores se caracterizan por “dar órdenes sin contemplaciones, sin respeto, ni cortesía, están pendiente de cualquier defecto, error y realizan constantes intromisiones innecesarias en la vida de quien está bajo su tutela”.

Esto, en algún momento, termina por molestar y exasperar a los que están alrededor o a los que son sobreprotegidos y, a su vez, establece un escenario en el que el padre o madre está llena de miedos y ganas de controlar los movimientos de los otros y «una o varias víctimas que quieren liberarse del yugo del dominante pero seguramente no sabe cómo hacerlo, factores que dificultarán la convivencia entre los miembros de una familia y dejará traumas que deben ser tratados”.

Partiendo de esto, el psicólogo recomienda a los sobreprotectores y también a los perjudicados:

  1. Dejar que los niños aprendan de sus propios errores, no se trata de ignorar sus fallas, los malos comportamientos o darles riendas sueltas para hagan cosas indebidas o atraviesen situaciones peligrosas pero sí deben tener experiencias, equivocarse y adquirir aprendizajes que pueden ir acompañados de un consejo.
  2. Diferenciar si la mayoría de las discusiones que mantienen con los pequeños son por cuestiones de gusto o por valores. Por ejemplo, que los jóvenes se peinen de una forma particular y a sus padres le disgusta eso, ocurre por un asunto de gustos y preferencias, no necesariamente porque exista un problema con los valores del chico. Por ello, hay que prestar atención a qué causa corresponde los conflictos con los muchachos.
  3. No avergonzar a las personas, se debe considerar que hay diferentes formas de avergonzar y cada una de ellas depende de la singularidad que tienen los individuos, algunos los puede apenar que les digan algo en público o cualquier otra cosa. Por eso, es importante practicar mucho la comunicación a fin de encontrar las maneras idóneas de decir las cosas sin causar vergüenza.
  4. Cambiar el temor por la confianza, llenarse de pensamientos positivos y tener presente que los miedos que atacan al sobreprotector no tienen porque hacerlo con los demás.
  5. Motivar a la persona sobreprotegida que se exprese y opine. Las personas que han sido sobreprotegidas les cuesta expresarse y opinar. Debido a que es lo más importante de enseñarle hacer como primer paso para que vaya a tomar sus propias decisiones.
  6. Resaltar los aspectos y cualidades positivas de los pequeños y trabajar en cambiar o  eliminar lo negativo.

Al momento de formar una familia, los adultos deben pensar en contribuir al bienestar físico, emocional y espiritual de sus hijos. Por lo tanto, es relevante buscar ayuda si se detecta algún problema de sobreprotección, lo que lo hará una persona más sana y evitará consecuencia fatales a quienes ama.

Yissneidy Pérez.