Pocas visitas de Estado desatan tanto revuelo en Alemania como la de la reina Isabel II de Inglaterra, que llegará mañana martes 23 de junio a Berlín en la que es ya su quinta visita oficial desde que hace 50 años pusiera por primera vez un pie en él.

«Nos alegramos mucho de que la reina Isabel venga a Alemania», aseguró Angela Merkel, canciller alemana, en su videomensaje semanal el pasado sábado. «Es una testigo del desarrollo de las relaciones entre Alemania y Reino Unido», agregó sobre unas relaciones que calificó de «muy amistosas».

En su opinión existen muchas similitudes entre los dos países, como «la paz, la libertad y la democracia, así como el compromiso por proteger el clima y apoyar las relaciones comerciales libres alrededor del mundo». Merkel volvió a reiterar su deseo de que el Reino Unido permanezca en la Unión Europea.

La policía de Berlín ha preparado todo un dispositivo de seguridad, aunque debería ser menor que el del presidente estadounidense, Barack Obama, o del Papa.

El miércoles por la mañana será recibida con honores militares por el presidente federal de Alemania, Joachim Gauck, en el Palacio de Bellevue. Desde ahí se subirá en un barco en el río Spree para recorrer el breve trayecto que separa Bellevue de la Cancillería, donde se reunirá con Merkel. Posteriormente depositará la tradicional corona de flores en el monumento de «La nueva guardia» en recuerdo de las víctimas de la guerra y de las dictaduras y visitará la Universidad Técnica de Berlín (TU).

El jueves volará a Fráncfort, en la que será la primera visita de la monarca británica a lo que es considerado como el corazón financiero de Alemania. Al día siguiente, Isabel II dará un pequeño paseo con el alcalde de la ciudad, Michael Müller, por la Puerta de Brandeburgo, donde se espera que un gran número de personas acuda a ver de cerca a la monarca.

De ahí visitará, a petición personal, el campo de concentración de Bergen-Belsen, en Baja Sajonia. Las instalaciones nazis fueron liberadas hace 70 años, en abril de 1945, por las tropas británicas. Allí depositará una corona de flores y hablará con supervivientes del holocausto antes de emprender el regreso a casa desde el aeropuerto de Celle.

LS 

Con información de dpa