El Sumario – Madre, trabajadora y escritora, hay muchas formas para describir a Isabel Allende, una chilena que nació en Lima, en 1942, mientras su padre cumplía funciones diplomáticas en ese país. De niña quiso ser bailarina pero los caminos de la vida la llevaron por otro rumbo.

Su primera pasión fue el periodismo, el cual ejerció tanto en Chile como en Venezuela, donde vivió de cerca lo que era el éxilio; para luego dedicarse a tiempo completo a la literatura. La escritora ha reafirmado en diversas ocasiones que su futuro como tal se decidió en 1973, con el golpe militar en el que su tío el presidente Salvador Allende fue derrocado.

En Caracas fue donde comenzó a escribir «La casa de los espíritus«, una larga carta a su abuelo, publicada en 1982 en España, que terminó por convertirla en uno de los nombres clave de la actual narrativa latinoamericana.

Su obra ha sido traducida a numerosos idiomas y la ha consagrado como una de las mejores escritoras de América.

Uno de sus libros más personales es sin lugar a dudas Paula, publicado en 1994, en donde relata la muerte de su hija Paula Frías tras una larga enfermedad.

Así son sus obras

Allende ha confesado que cuando comienza a escribir lo realiza sin un plan inicial y hasta se ha atrevido a decir que sus libros nacen de cartas o reflexiones personales.

El humor también forma parte integral de sus escritos, ya sean periodísticos u obras literarias.

Su obra ha sido clasificada en el movimiento literario conocido como posboom, aunque algunos estudiosos prefieren el término novísima literatura. Este movimiento se caracteriza por la vuelta al realismo, una prosa más sencilla de leer pues se pierde la preocupación por crear nuevas formas de escribir (meta-literatura), el énfasis en la historia, la cultura local, entre otros.

La mujer de ahora

En el plano personal y con 75 años Isabel se declara una enamorada de la vida y del amor. Ha confesado que tras un duro divorcio de su ex compañero por 28 años nuevamente está enamorada.

“En esas, un señor de Nueva York me escuchó en la radio de su auto, camino de Boston. Escribió un correo, y otro, y otro, a mi oficina. Al tercero, le contesté yo misma porque lo acompañó de un ramo de flores. Cinco meses después de recibir cada día un correo dándome los buenos días y otro las buenas noches, aproveché un viaje de trabajo para verle. Ahí, en cinco minutos, se armó la cosa, y ahora él está vendiendo lo que tiene para venirse conmigo. O sea, que esas cosas ocurren, son milagros que pasan. Sí, me enamoré a los 75 por tercera vez en mi vida, no hay amor sin riesgo”, contó a el diario El País.

Para la escritora, a esta altura de la vida no hay tiempo que perder, así que le dijo que si querían ser más que amigos…. y se lanzaron a la aventura amorosa.

“Siempre estoy alerta, abierta al misterio de la vida, a las cosas maravillosas que uno espera, y a las trágicas que uno no desea. Lo peor ya me pasó. Cuando me separé de Willy, al que amé muchísimo, la gente me daba el pésame, como diciéndome ‘ay, esa pobre señora vieja que se va a quedar sola’. Y yo pensaba, esto no es ni el 10% de lo que pasé cuando murió Paula. Ya nada va a partirme», dijo.

Esta polifacética mujer no se detiene y ya sacó a la luz su obra La ninfa de porcelana  el cual describe como «un maravilloso libro de colorear para adultos», el cual está especialmente pensado para que lo disfruten personas de todas las edades.

La autora donará todas las regalías de este libro a la Fundación Isabel Allende (isabelallendefoundation.org), cuya misión es ayudar a mujeres y niñas de alto riesgo.

Redacción El Sumario / @el_sumario