El Sumario – Desde que son cachorros, los felinos comienzan a entrenarse para la supervivencia, incluso si son mascotas domésticas. Los primeros meses los manoteos, mordiscos y resoplidos típicos de los gatos los hacen como un juego. Pero a medida que van creciendo, el instinto de lucha se refina, se hace más real y los gatos pueden resultar seriamente heridos cuando las peleas llegan a un nivel crítico.
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Las peleas son inevitables, se dan entre gatos jóvenes que buscan aparearse con una hembra en celo o en felinos adultos que marcan su territorio y no desean compartirlo con intrusos. No importa si se trata de hermanos; es decir, gatitos de una misma camada, pues el instinto prevalece más allá de su origen.
El trabajo de los dueños de gatos domésticos es vigilar de cerca su comportamiento, sobre todo si los tienen en casa desde su nacimiento para ayudar a que mantengan una relación armoniosa. Por supuesto, será imposible impedir que en algún momento peleen por comida, un juguete, o sus amos dado que los gatos son territorialistas y los «humanos» pasan a ser de su pertenencia, por lo que pueden resoplar y hasta morder a otro gato si se acerca a su dueño.
Marilin Pino / @mpinoa
Con información de Experto Animal
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