Cuando animales en peligro de extinción están en cautiverio, su reproducción es compleja ya que la naturaleza no puede seguir su curso normal. Por esto, en muchos casos el hombre se ve obligado a intervenir. Una de las técnicas que se está estudiando es la inseminación artificial: tomar el esperma del macho e introducirlo en el sistema reproductivo de la hembra.

Aunque es habitual aplicarla en vacas y ovejas, es difícil en el caso de animales salvajes, pues no cooperan en la misma medida debido a su agresividad, lo que dificulta el tratamiento.

No obstante, los expertos siguen estudiando y mejoran el proceso porque creen que podría ayudar a salvar a especies amenazadas.

En este sentido, se dio un avance importante al reproducir por primera vez polluelos de pingüinos de Magallanes con este método. Los científicos escogieron esta especie pues son algunos de los pingüinos más tranquilos y colaboradores. «Además, se reproducen con cierta facilidad en zoológicos», afirma Justine O’Brien, una de las investigadoras que participó en el estudio.

Aunque no están amenazados, deben enfrentarse a una cantidad de peligro que va en aumento y son parientes de los pingüinos de las Galápagos, en peligro de extinción y más agresivos, por lo que la idea del equipo es, una vez controlen la inseminación artificial en el caso de los pingüinos de Magallanes, comenzar con otras especies más difíciles.

El turón patinegro americano y los osos panda gigante son las dos únicas especies en peligro que se reproducen de forma habitual gracias a estos métodos, aunque ha habido intentos de inseminación artificial con otros animales con cierto éxito, como el caso de las grullas cuelliblancas o los caballos de Przewalski, los científicos trabajan para ampliar su uso a cada vez más especies, a pesar de los obstáculos que suelen encontrar en el camino.

AG

Con información de National Geographic