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El Sumario – Un equipo internacional con participación de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), comprobó a través de estudios de campo que ciertas poblaciones de golondrinas que viven en las áreas de Chernóbil (Ucrania), después de 31 años del accidente nuclear, mantienen altos niveles de radiación, presentan una mayor resistencia ante distintas bacterias, en comparación con otras poblaciones de las aves que habitan en zonas menos contaminadas.

Las bacterias, debido a su corto tiempo de generación, tienen una gran capacidad de adaptación a los cambios ambientales y una rápida selección de las más resistentes. Después del suceso de Chernóbil, las aves se han venido enfrentando a comunidades bacterianas alteradas tanto en riqueza como en diversidad, y que podrían ser más virulentas.

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En la investigación, se abordó las defensas que presentan las golondrinas que crían en distintas poblaciones de Ucrania, algunas cerca de la antigua central nuclear de Chernóbil. A través de análisis de laboratorio, se estudió el plasma de la sangre recogida en las golondrinas, enfrentándolo a doce especies diferentes de bacterias. El objetivo fue verificar si se producía una adaptación en aquellas poblaciones que han convivido con dichos gérmenes y cambiado rápidamente.

El resultado del análisis confirmó que los individuos que se han habitado en zonas más contaminadas tienen una mayor capacidad de defensa frente a las bacterias. Todo indica que, por un proceso de selección natural, los animales que tenían más defensas sobrevivieron y pudieron reproducirse durante los últimos años.

“La única variable que explicó en el estudio la variación en la capacidad de cada golondrina para inhibir las bacterias fue la radiación ambiental. Esto quiere decir que más del 90% de la inhibición del crecimiento bacteriano se debía a la radioactividad; y en más del 80%, las golondrinas que vivían en zonas de mayor contaminación tenían una mayor capacidad para inhibir las bacterias”, indicó la investigadora Magdalena Ruíz.

Gabriela Morales

Con información de ABC Biodiversidad