Artículo de Gabriel Roar

El Sumario – El Corazón es la gran bomba, el motor, el gran proveedor del cuerpo, él lo da todo, casi de manera literal, pues tan sólo usa para su trabajo un 4% de la sangre que bombea.

Cuando estás enamorado das y eres nutritivo para ese ser especial y significativo para ti y por ello te ocupas de su bienestar. Pero, lo más nutritivo para un corazón es sentirse amado, eso lo excita y estimula, lo nutre para dar cada vez más.

¡Así es el amor cardíaco! (es cuando el corazón está energizado) En cambio, cuando se bloquea lo que manifiesta es un amor condicionado, eso es otra cosa, es interés, podemos decir que es un amor hipotalámico, es un “amor” racionalizado (no es amor real, es otra cosa, es subsistencia, puede ser placer, goce o interés; más no es Amor).

El corazón no necesita ni entiende razones, el siente y corresponde, nutre y cuida. Tu corazón al primero que nutre es a ti, si le das permiso, si no te amas a ti, amar al otro será un sobre esfuerzo y un desgaste. Por otro lado, la sangre simboliza la vida. La sangre es el sustento material de la vida y expresión de la individualidad, por eso basta una gota de sangre para hacer un diagnóstico completo. Tu corazón en pocas palabras habla de ti y por ti.

Para entendernos un poco mejor, debemos respondernos a satisfacción las siguientes preguntas. Recuerda que a ti no te puedes mentir y menos si quieres sanar.

  • ¿Qué necesito hacer y cómo para amarme … y sentirme comprometido conmigo?
  • ¿Mi forma de amar es nutritiva para el otro? Y ¿Para mí?
  • ¿Qué hace que mi corazón se encalle momentáneamente, que lo detiene?
  • ¿Qué desboca a mi corazón y mis sentires?
  • ¿Cuándo pasan qué cosas se me oprime el corazón en el pecho?
  • ¿Yo trato de entender o justificar mi amor? ¿Para qué?
  • ¿Vivo y amo con todo el corazón o sólo con la mitad?
  • ¿Le pongo corazón a lo que hago?, ¿Qué me apasiona?

Gabriel Roar

 

Gabriel Roar, Comunicador especializado en Bioenergética

Más información en gabrielroar.net

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