Cuando tenía apenas seis años de edad su familia emigró a Estados Unidos. Cursó estudios en el California Institute of Technology, y, tras su graduación (1918), obtuvo un empleo como profesor en el ejército.

En 1921 inició su carrera cinematográfica, y en 1931 consiguió su primer gran éxito como director con La mujer milagro. Capra fue un chico con mucha suerte que logró hacer cine en los EE.UU, en un momento donde la recesión era muy fuerte.

Al igual que otros directores de los años 30 y 40, Capra comenzó su carrera en el cine mudo, destacando como director y guionista de comedias protagonizadas por Harry Langdon y sus chicos.

En 1930 Capra fue a trabajar para Mack Sennett y se trasladó a la Columbia Pictures donde colaboró estrechamente con el guionista Robert Riskin (marido de Fay Wray) y el cámara Joseph Walker. En 1940, Sidney Buchman substituye a Riskin.

En el caso de «Vive como quieras», no resulta difícil extraer del argumento de la película una reivindicación de una forma muy americana de entender la democracia y sus mecanismos. El entorno social se nos presenta irremediablemente corrompido en tanto que, al alejarse de la esfera del individuo, se deshumaniza y pierde toda su legitimidad.

Las referencias políticas y sociales presentes en «Vive como quieras» resultan un eco de las que ya ocuparon El secreto de vivir, y pueden interpretarse, a la vez, como la defensa de algunos de los principios defendidos por la administración Roosevelt.

En el caso de su obra maestra, «¡Qué bello es vivir!», responde a todas las características del «estilo Capra»: rebosa optimismo, idealismo y ternura, e intenta mostrar una vez más la bondad de la naturaleza humana y el beneficio de la vida comunitaria.

Quizá los motivos que llevaron a Frank a producir películas con mensajes tan bellos, debería ser tomado más en cuenta por los nuevos directores de cine.

KYL

Creo un estilo propio y nunca perdió su capacidad para emocionar al espectador
Creo un estilo propio y nunca perdió su capacidad para emocionar al espectador