«La educación de los pobres no puede ser una pobre educación», frase del sacerdote jesuita José María Vélaz (1910-1985) que define el apostolado con el cual abrazó su magna obra, Fe y Alegría. En 1955 en el domicilio de un humilde albañil se instituyó en Caracas la primera escuela: una fructífera cruzada que trascendió la geografía nacional.

En nuestras tierras tiene un total de 170 escuelas y 5 institutos, 25 emisoras de radio conectadas en red, 91 Centros de Capacitación Laboral, un Centro de Profesionalización de docentes en servicio y un Centro de Formación, Investigación y Producción. En el mundo se ha constituido como una de las mayores redes de Educación Popular, atendiendo a más de 1,5 millones de personas y extendiéndose a 19 países en 3 continentes: Latinoamérica, África y Europa, asociadas como Federación Internacional de Fe y Alegría.

La Federación Internacional de Fe y Alegría contribuye a la construcción colectiva y revisión permanente de la Propuesta de Educación Popular y Promoción Social del Movimiento; promueve y gestiona programas, proyectos y acciones de cooperación entre los países miembros para su desarrollo y fortalecimiento; favorece la información y comunicación de experiencias entre los diversos países federados; impulsa la expansión del Movimiento a nuevos países y constituye una plataforma de representación y diálogo con organismos internacionales.

“Nuestro fundador siempre dijo que no podíamos quedarnos en chiquito porque si somos poquitos nadie nos escucha, pero si somos muchos nos tienen que escuchar, y ese ha sido el empeño en crecer. Fe y Alegría es una sexagenaria recién nacida: ante nuevos problemas buscamos nuevas soluciones”, expresa la educadora Luisa Pernalete, con cuatro décadas de labor en Fe y Alegría.

Ante la amenaza del pensamiento único, la profesional indicó que Fe y Alegría auspicia la diversidad. “Tenemos escuelas hasta con siete pueblos indígenas y eso no es un problema, eso es una complejidad y un valor. Si revisamos el tema de las garantías, se observa que hubo sociedades que privilegiaron los derechos políticos, otros los derechos económicos y sociales; nosotros decidimos que los derechos humanos son interdependientes y se necesitan todos”, dijo.

Los muchachos deben conocer de todo: yo propongo que se seleccione a 10 premios Nobel que estudien la situación que les tocó enfrentar, y que nos beneficiemos de esas experiencias de diferentes personalidades, religiones y posturas”, dictaminó.

Por esto y más es que el pasado 5 de marzo fue una efeméride, y es que se conmemoraron 61 años de gestión por la enseñanza popular integral y la promoción social, con una propuesta de educación pública y administración privada.

Amanda Gómez

Con información de agencias.