El Sumario – Aunque tendemos a pensar que el abuso del azúcar y carbohidratos solamente daña nuestra figura, el rostro también se ve afectado.

El alto consumo de comidas dulces y grasas, crea y acelera un proceso llamado glicación mediante el cual el azúcar se adhiere a las proteínas y lípidos de la piel, alterándolas para formar moléculas mutantes que deforman tu colágeno y elastina, dice Nicholas Perricone, quien estudia el impacto de la comida en el envejecimiento.

También obstruyen los vasos sanguíneos, previniendo que los nutrientes humecten la piel, afirma la dermatóloga Macrene Alexiades-Armenakas. “Al final, la piel empieza a envejecer, se ve opaca y pierde tono”.

Los dos doctores pertenecen a la filosofía de “todo con moderación”, pero recomiendan disminuir los azúcares refinados lo más posible.

Alejandra Watts

Con información de Cosmopolitan.

Fotografía Gettyimages.